miércoles, 23 de agosto de 2023

Vale do Pati

 


Les dejamos en la última entrega en mitad de nuestra incursión en la Chapada Diamantina. Cómo no paramos en este viaje, los ratos para actualizar el blog se van haciendo más complicados. Intentaremos ahora en un huequito aeroportuario...

En Lençois hemos contactado con Washington, que va ser nuestro guía en la excursión estrella de la Chapada, al menos si uno consulta por internet: el 'Vale do Pati'

A la hora concertada (8 de la mañana) nos recoge para un buen trayecto de coche...

Palmeiras, otro de los pueblos de la Chapada, vuelve a ser escala técnica para comprar agua. Para la Fumaça dos días atrás, también paramos aquí

Otra hora y pico larga de pistas de tierra embarradas (porque estos días está lloviendo) nos llevan al inicio del sendero. En marcha.
Washington nos abre el camino hacia la pared que nos separa del valle de Pati


En el ascenso por la ladera, la diversidad florística de la Chapada Diamantina se hace evidente.


Una simple roca es un desafío botánico

Subiendo

Cómo este arbolito tiene flores se puede identificar la familia...

Malvaceae...familia de hibiscos y malvas

Un desnivel de unos doscientos metros separan la planicie inferior del borde de la Chapada. 
En la entrada anterior adelantamos que la Chapada Diamantina es un conjunto de rocas, principalmente areniscas y conglomerados, que forman una especie de altiplano (rondando los 1500 m sobre el nivel del mar) surcado por grandes tajos que forman valles exuberantes.

Buena parte del interior del Brasil es un Cratón: la zona interior de una placa continental que durante centenares de millones de años no ha sido afectada por actividad tectónica importante (ni vulcanismo de dorsal o punto caliente, ni zonas de subducción, ni plegamientos por choques de placas...) y tampoco han sido cubiertas por acumulación de sedimentos procedentes de otros lugares. Los cratones, por tanto, son lugares de nuestro planeta que llevan expuestas a la pura erosión de los elementos desde antes de la aparición de los dinosaurios. Decenas de kilómetros de rocas han sido arrastrados a otros lugares y aquí quedan los restos descarnados de rocas antiquísimas. En el caso de la Chapada, arenas y gravas depositadas en las costas de un continente ya desaparecido, muy anterior a Pangea y a que cualquier bicho terrestre o planta se arrastrara por su superficie, 

Areniscas precámbricas. Anteriores a la vida en la superficie terrestre (en los océanos, cuando estás rocas se acumularon, sólo había alguitas)

Marián pisando rocas que fueron una playa hace 1400 millones de años...

Llegados al reborde, la planicie superior está encharcada por la lluvia que no acaba de decidirse a parar, aunque Washington nos dice que sí, que veremos el valle...


'O cerrado', la vegetación de los altos de la Chapada

Dani saca fotos a diestro y siniestro de las matas, tiene fotos para una guía de campo completa. Para el blog, irá poniendo unas poquitas de las llamativas, pendientes de sus latinajos.



Arroyos normalmente secos arrastran agua rojiza que nos enchumban rápido las botas viejas que llevamos...


Vaya, para sorpresa de propios y extraños, el río va crecido más de lo habitual. Pinta chungo.




Pero Washington siempre alegre y positivo, nos medio asegura que podremos pasar cuando baje un poquito el agua, que será pronto, y mientras nos haremos un 'lanche' en la llovizna:

¡El buffet está espectacular!

No es que el nivel del agua haya bajado mucho (aunque la fuerza igual un poco) pero Washington ayuda a otro guía a cruzar, demostrando que controla todas las irregularidades del paso. Luego nos cruza a nosotros, primero Marián:




Hasta tenemos vídeo de la aventura:


Seguimos, una vez superado el obstáculo:



Y parece que quiere abrirse un poco la niebla:



Como si Washington lo estuviese calculado, (igual sí, porque nos acertó siempre) llegamos al borde del vale justo cuando se abren las nubes:

Con Washington asomando al valle

Sesión de fotos de la vista:






Parece que viene algo de lluvia, mejor iniciamos el descenso.







Nuestro destino es Igrejinha, un pequeño núcleo de casas que una familia local regenta como 'pousada' - refugio, rústico pero muy acogedor y correcto:


Nuestra habitación:



La Igrejinha que da nombre al lugar



Nos comenta Washington que antiguamente esta zona estaba habitada por más de tres mil personas, repartidas en pequeños poblados por todo el valle, dedicadas al cultivo de uno de los mejores cafés del Brasil, (ya de por sí un país famoso por este producto). Lo remoto del lugar ( aún hoy sólo es accesible a pie o burro) y la extensión de las plantaciones a lugares mejor comunicados ha llevado al abandono paulatino del valle. Ha sido la declaración de la zona como Parque Nacional y el turismo controlado lo que hace viable que aún quede una pequeña población dentro del valle.
Plataneras, mangos,...

En un cobertizo se guarda el material para cargar las mulas


Tarde de reposo y cenita en la selva

Después de llover toda la noche, amanece con neblina.

A ratos aparece el sol:


Desayuno variado 

Hoy tenemos excursión de 9km ida, lo mismo de vuelta. Nos vamos valle arriba, de nuevo a los llanos superiores:

Helechos arborescentes, que aquí llaman 'cabeça de negro'


Plantitas del 'cerrado'





Sigue todo encharcado y volvemos a la niebla.




Esta, muy llamativa, se llama 'pata de vaca'

Musgos y plantitas de todos los colores tapizan los lugares más encharcados

El hibisco de ayer



Donde el agua es más permanente, aparecen bosquetes más densos y umbríos de aspecto tropical.



Algunos lugares rezuman humedad

Nuestro destino es el Cachoireão, una enorme cascada que salva un salto de unos 280 metros. La neblina deja adivinar la altura, haciéndola más terrorífica que si estuviese despejado del todo.

Para acojonar más, nuestro guía se pone en el saliente más alongado al abismo a hacer fotos y vídeos

Marián también quiere asomar

La roca está literalmente asomada al vacío...



La lluvia de estos días cae desde numerosas bocas por toda la pared vertical, enfrente se ve media caída...

Pero hay que asomarse a la roca para ver el fondo. En una primera tanda, a lo que es la piedra, Dani no se subió
Estirando el brazo por el hueco no se ve el fondo, también borroso por la bruma.



Para hacer tiempo a ver si despeja algo, vamos a otra asomada aún más aérea. Habrá que fiarse de la dureza de las areniscas...



Desde el borde mirando para abajo




La niebla se va abriendo y se vislumbra el valle 






Después de un buen puñado de fotos, bañito en el río y picnic.














Después del rato en el río, volvemos a los 'miradores' del Cachoeirão


Ahora se ve todo, el abismo y el Valle al que cae:




Finalmente Dani también se sentó en el pedrusco alongado a fotografiar el charco de abajo:



Vamos a los dos miradores:



Más fotos. Como el sitio es espectacular y sacamos muchas, ponemos unas cuantas para no enredarnos seleccionando:









Deshacemos el camino para volver a Igrejinha.












En la bajada nos desviamos por un camino alternativo. Ya hemos dicho que las rocas de Pati pertenecen a una época en que la vida no había aparecido sobre la tierra firme, y en el mar aun no habían evolucionado seres más complejos que las algas. Pero en los mares someros de hace 1500 millones de años proliferaban las colonias de algas unicelulares que se conocen como estromatolitos. Hoy en día estos organismos sólo se ven en contadísimos lugares de la Tierra, y en uno de ellos estuvimos...y a Dani está roca se le pareció:

Probablemente no, pero quizás esto sean estromatolitos fósiles ¿¿?? Haberlos, haylos, pero no tenemos mucha idea de la pinta de dichos fósiles...


Subimos a un 'Cruceiro' cerquita de casa, con vista a toda la contornada del valle:



Igrejinha abajo

Al otro lado el valle



Volvemos a nuestro pueblito:



Por la noche sólo hubo algunos episodios de lluvia, pero tampoco llegó a despejar para ver alguna estrella. En una de las salidas de madrugada Dani tuvo que conformarse con alguna foto nocturna a la luz de la Luna.



El tour que contratamos inicialmente era el de tres días con dos noches,  así que hoy acabábamos. Pero días antes habíamos descubierto que teníamos un día extra (cosas de no contar Julio como mes de 31 días)  y habíamos pensado pasarlo en Lençois de relax o haciendo alguna excursión extra. Consultándolo con Washington, nos ofrece un plan mejor: dormir en otro pueblo y hacer visita de unas grutas  con charcos, desde una distancia más cómoda que salir de Lençois. Así que sí que salimos del Valle de Pati, pero para seguir explorando:


Deshacemos el camino de venida para volver al coche.











Un colibrí lo suficientemente quieto para fotografiarlo con móvil


Cuarcitas y areniscas en la parte alta

El río del otro día tiene mucha menos agua, y se pasa sin problemas ni aventura.






Una vez en la llanura, y en el coche, nos dirigimos por pista de tierra a Mucugé


Descargando ganado en el  camino 

Antes de llegar al pueblo, una parada para ver una cascada:


El sendero, cortito, atraviesa lo que parece un jardín botánico de tanta flor que había:





La cascada en sí es pequeñita (más con lo que nos habíamos acostumbrado) pero el lugar es apacible y digno de un buen baño.




Nuestro hotel en Mucugé



Por la tarde damos un paseo y nos parece un poco insulso para ser un lugar de patrimonio histórico brasileño...


Descanso en el hotel. Dani se encuentra bibliografía de dónde sacar datos para culturizar a los lectores de este blog...

Hubo que leer a la carrera

Por la noche vamos a cenar con nuestro guía...resulta que no habíamos llegado a la zona histórica, con calles empedradas y edificios y casas de la época de la fiebre del diamante bien conservadas :

Cenita y a dormir, por la mañana damos un paseo rápido para ver las calles de anoche.






Este pueblo, como los demás de la Chapada Diamantina, vivió su esplendor y mayor poblamiento durante los episodios de extracción de diamantes en 1844 y las dos décadas siguientes y otro resurgimiento en los principios del siglo XX con diamantes para las industrias. Hablamos de ello en la entrada anterior. Pero a Dani le quedaba la incógnita de que pintan diamantes en unas areniscas de tal antigüedad como las de esta zona.
Resumen de la investigación (sacado del librito de la foto de arriba) 
-Los diamantes son agrupamientos de átomos de carbono que adquieren una estructura ordenada y cristalina cuando son sometidos a enormes presiones y temperaturas.
- Dichas presiones y temperaturas sólo se consiguen a enormes profundidades, del orden del centenar de km, en la transición de la corteza al manto.
- aunque la Chapada es un Cratón donde la erosión ha desmantelado kilómetros de roca y dejado capas muy profundas expuestas, estás rocas ni de lejos llegaron a estar a la profundidad de formación de diamantes.
- la única forma que los diamantes pueden llegar a la superficie es arrancados por la subida de magmas de cámaras magmáticas muy profundas. Una vez arrancados de allí pueden quedar atrapados en cámaras más superficiales, chimeneas o incluso lavas emitidas a la superficie. En Lanzarote, a menor escala, los cristalitos de olivina son trocitos de la región inferior de la corteza oceánica arrancados por la lava basáltica a unos diez - quince km de profundidad. 
- Pero en la Chapada no hay volcanes, ni rocas ígneas de ningún tipo...¿de dónde vienen los diamantes? Pues de rocas volcánicas, que existieron en la zona hace centenares de millones de años.  Las areniscas son tan antiguas que ha habido tiempo de que encima se formarán decenas de km de capas de rocas de todo tipo, incluyendo plutónicas y volcánicas conteniendo diamantes, pero además ha dado tiempo de que todas ellas hayan sido intensamente desmenuzadas y eliminadas por la erosión hace ya mucho. Pero los diamantes son muy duros, y cuando ya no quedan vestigios de ninguna de las rocas que los contuvieron, algunos pocos cristalitos aún persistieron dando vueltas en los arroyos desde hace millones de años, hasta que los mineros los sacaron de allí. Imagínense un día en que toda la Lanzarote emergida y sumergida que conocemos desapareciera como polvo arrastrado por los vientos y el mar, y el único recuerdo que quedará de ella fuera unos cristalitos milimétricos de olivina en el fondo oceánico (Lanzarote no desaparecerá así, entre otras cosas porque la olivina es bastante más frágil que el diamante). Eso a escala continente y eon, parece que es lo que pasó aquí...

Bueno, sigamos el paseo. Los poquitos cristalitos que sobrevivieron al paso de los eones, dieron para una efímera prosperidad de estos pueblos:


Antes de proseguir ruta, visitamos el cementerio 'bizantino'. El riesgo de cólera obligó a enterrar a los difuntos sobre roca, para no contaminar las aguas, y la costumbre sigue hasta hoy:



Y ahora a las grutas. La primera es el Poço Encantado, a unos 40 km de Mucugê:


Se trata de una cueva inundada en una zona de calizas, en el borde de la Chapada. Se desciende por escalera con un guía local. Te dan casco y linterna:




En el interior hay un lago de un color intenso azul y una transparencia increíble


El agua alcanza una profundidad de 60 metros de agua ultratransparente.



El día no prometía mucho, bastante nublado y hasta amenazando lluvia...pero durante unos minutos se abrió un hueco en las nubes y pudimos apreciar el espectáculo de la refracción de la luz solar en el agua:




Dani tiene familia belga, y le llamó la atención este panel al salir de la cueva, hablando de colonos que estuvieron en la zona.


Seguimos ruta por un atajo, para llegar pronto al otro charco que vamos a ver. Pero hacemos una parada por el camino...

No era para hacer esta foto clásica de Marián en la nada

Ni para echar un vistazo al paisaje pintoresco de la zona...

¡Sino para cambiar la rueda pinchada!

< foto Marián>

Arreglado el problema, nos vamos a cruzar el río 

El cruce se hace en barcaza, como hace no mucho en Deltebre...


A poquito de cruzar el río, estamos en el Poço Azul. También bajas por escaleras:

También es un charco de aguas cristalinas y profundidad notable:


Y nos sale el rayo de sol para iluminar el fondo...



Pero lo mejor es que ¡Te puedes bañar y verlo con gafas de buceo!


En la entrada incluyen las gafas y tubo y el chaleco, que no es para que no te ahogues, sino que es obligatorio para que nades moviéndote lo menos posible y para que no tengas la tentación de sumergirte y toquetear el fondo (a más de 20 metros en la parte profunda) enturbiando el agua y estropeando la experiencia al resto de visitantes y afectando a la fauna local: unos pececitos ciegos difíciles de ver...pero hasta vimos uno.

Y acabamos ruta y entrada. Washington nos lleva por el largo viaje de vuelta a casa en Lençois, acabando de rodear todo el Parque Nacional de la Chapada Diamantina.


Ya en Lençois, nos despedimos de nuestro magnífico guía, Washington, que se va merecidamente a descansar, no sin antes dejarnos una habitación cerca de su casa para organizar nuestro equipaje y reposar también nosotros, que esta noche, tarde, nos vamos.

De nuevo en Lençois


Nos da tiempo de pasear 
 
Cenita con música 

Y en el ómnibus nocturno, en 'semileito', nos volvemos a Salvador de Bahía...


Noche en ruta, y llegados a la ciudad, en taxi al aeropuerto de Salvador:


Vuelo a Recife...


Y en Recife esperando otro avión que nos llevará al destino de la próxima entrada:

Eso será cuando haya hueco para escribir, e igual no haya muchos hasta septiembre. 

Para cerrar la entrada, ponemos un extra de fotos. Washington nos hizo muchas y nos las mandó. Ponemos unas pocas y damos al botón de publicar, que si no no acabamos la entrada hasta llegar a España😇:



















Ruta BRASIL 2023

Día 11 julio: Salida Benicarló. Vuelo Valencia-Madrid
Día 12 de Julio: vuelo Madrid -Salvador de Bahía
Día 13 de Julio: Salvador de Bahía: Pelourinho, Comerço...
Día 14 de Julio: Salvador: Pelourinho y Barra
Día 15 de Julio: Salvador: Ribeira, Senhor do Bomfin...
Día 16 Julio: de Salvador a Morro de São Paulo
Día 17 de Julio: Morro, playas atlánticas.
Día 18 de Julio: Morro, vuelta a la isla de Tinharé
Día 19 de Julio: Día en Morro. Playita, faro, surf... Día 20 de Julio Mañana en Morro. Traslado a Gamboa.
Día 21 de Julio: Gamboa
Día 22 de Julio: costa Gamboa - Morro - Gamboa
Día 23 de Julio: de Gamboa a Salvador de Bahía
Día 24 de Julio: de Salvador de B. A Lençois ( Chapada Diamantina)
Día 25 de Julio: Lençois . Vale do Meio
Día 26 de Julio. Trek cascada Fumaça
Día 27 de Julio. Relax en Lençois
Día 28 de Julio. Vale do Pati. Entrada.
Día 29 de Julio. Vale do Pati. Cachoireão
Día 30 de Julio. Salida del valle. Mucugê.
Día 31 de Julio. Poço Encantado y Poço Azul. Lençois. Traslado nocturno.
...y continúa el viaje.




2 comentarios:

Anónimo dijo...

Un viaje espectacular y unos viajeros intrépidos!!!!

Anónimo dijo...

Gracias por compartir, unas imágenes increíbles, también los comentarios y documentación, que me han hecho sentirme compañero de viaje. Vivo la emoción de cruzar el río, asomarme al precipicio, sumergirme en los pozos... autentica inmersión en la naturaleza.