domingo, 23 de febrero de 2014

Madurando en Madurai

Colombo, Sri Lanka, 21 de febrero ... Mirissa, 23febrero
 Aunque apenas hace una semana que estuvimos en Madurai, y estamos batiendo récords históricos en cuanto a actualizaciones en vivo, a nosotros nos parece que fue hace una eternidad. En parte porque no hemos parado mucho desde entonces, lo cual nos está pasando un poco de factura viajera ahora en Colombo...pero eso lo contaremos a su tiempo. Retrocedamos a la semana pasada cuando tomábamos un tren nocturno que nos transportaba a Madurai desde Varkala. Después del sol playero y los masajes ayurvédicos, no tardamos en caer redondos...
Pero primero Dani revisa pajaritos, para coger el sueñillo
A Madurai llegamos antes de amanecer.Y aunque teníamos el siguiente tren esa misma noche, decidimos que lo más adecuado era conseguir una habitación como campo base para ese día.
Recién llegados y medio dormidos, nos dejamos arrastrar a varias pensiones baratas cerca de la estación...Nos enseñaron una habitación por 400 rupias y otra aun por 350, pero eran horripilantes. Justo en la misma calle miramos por nuestra cuenta uno de 800 rupias con una habitación más aceptable...En esto de las habitaciones en India hay que mirar un poco, porque lo muy barato da miedito...
Lo primero que hacemos es...dormir. Ya descansados nos vamos a la calle: y no tardamos en darnos de narices con una de las espectaculares torres del templo de Madurai...

Pero el turismo hay que hacerlo en condiciones, así que habrá que desayunar. Lo del desayuno está siendo un poco complicado; salvo en los lugares de playa o muy turísticos, es dificil encontrar algo que te apañe. Somos muy adaptables, pero meterse un curry picante a primera hora de la mañana no siempre apetece. Pero en Madurai nos arriesgamos (tampoco había otra opción) y nos lanzamos sendos 'masala dosa' con potinguitos picantes...y al final hasta nos gustó
La hoja de platanera como plato es simpático. El dosa es el crepe salado grande, masala significa con especias, y eso en la India significa que pica.
Ya desayunados nos vamos al inmenso templo, pasando por calles con edificios pintorescos:
Marián se compra unas floritas para el pelo, para ir más a tono en el templo:
No les vamos a poner fotos de dentro, porque no dejan entrar con cámara, ni con ningún aparato electrónico electrónico...pero curiosamente con móvil sí. Se ve que el móvil ha pasado a ser de uso tan cotidiano que ni los hinduístas más radicales pueden concebir que vayas a rezar sin él...¡ah! con el móvil dejan hacer fotos. Y el nuestro sin batería.
Detalle de una de las torres.
El templo de Meenakshi Amman, del cual vemos su última versión del s. XVII  , se considera una obra maestra del arte tamil del sur de la India. De forma cuadrada, en el centro de cada cara del cuadrado se erige una torre gigante (gopuram) decorada con cientos de dioses y que hacen de puerta, una por cada punto cardianal. A parte, hay como ocho gopurams más de dimensiones más reducidas, un lago-piscina interior, pasillos y mercadillos. Ciertas zonas de altares y ofrendas están reservadas a hindús. Los techos están profusamente pintados y abundan las columnas en forma de caballos con trompa de elefante. Han aprovechado una de las salas con columnas más espectaculares para poner un pequeño museo, con estatuas de brahmas, visnúes y demás, en piedra y metal, en las que la gente cuela monedas, fotos y deseos por las rendijas de las vitrinas.
 Tamil Nadu, el estado indio en el que estamos es uno de los más fervorosamente hinduistas del país, el templo también está lleno de gente...
Ya fuera, frente a la puerta Este, hay un mercadillo montado dentro de otro templo (Pudhu Mandapa) más reducido y un siglo más antiguo. La decoración no es muy diferente del grande, pero sin pintar...
La sala central está vacía...

Pero los pasillos son un hervidero de actividad mercantil: justo al lado de donde venden telas, señores con máquinas de coser te hacen trapitos a medida
Cosiendo bajo la mirada de Meenakshi, una versión de Parvati, la mujer de Vishnú. Como la tienen tapada no pudimos ver sus tres pechos, el suplementario se derretiría cuando encontrara a su marido, alguna versión-reencarnación de Vishnú...
Fuera pega el sol así que nos iremos al hotel a reposar un rato a la sombra...

El resto de la gente parece que también se recoge; el calor se nota al mediodía...
Gopuram sur



Según nuestra guía, la lonely, sólo en la torre sur hay 1511 dioses representados, como para ponerse a contarlos. La verdad que así vistos, parece como una falla de Valéncia, pero recargado de ninots...
y si hubiésemos de contar brazos...


Marián se queda a reposar, pero Dani se enfrenta al solajero para culturizarse un poco más:



Vaya, un pajarito: White-breasted KingfisherHalcyon smyrnensis
El objetivo es vistar el palacio de Tirumalai Nayak, construído en 1636 en estilo dravítico-islámico, y  del cual sólo se conserva una cuarta parte y aun así es gigantesco:



Es un tanto pobre en decoración porque se restauró a partir de un edificio ruinoso en el que no quedaba nada del mobiliario...En una de las salas hay un museo arqueológico, un tanto destartalado:


Visitado el palacio, Dani continúa ruta hacia el supuesto río que rodea Madurai. No sabemos como será durante el monzón, pero ahora parece más una cloaca...

Por la tarde nos vamos a contemplar la vista del templo en medio de la ciudad desde la azotea de un hotel que además es restaurante, donde esa noche cenaremos. Y como ya estamos en fase integrada en India.  ('madurando'), comemos como los de aquí, con los dedos pringados en arroz y salsitas, eso sí, sólo la mano derecha, la izquierda hay que alejarla de los alimentos porque supuestamente se usa para otras cosas...Pero antes hacemos unas fotos:


Y a pasear por las animadas calles de Madurai, mucho más agradables al atardecer:

Después de cenar hasta tenemos tiempo de hacer unas compritas, un pareo para Dani para que se vista a lo tamil...Ya saben con que pinta irá a Patalavaca la próxima vez.
Y después del pase de modelos, hacemos la maleta, porque a las once de la noche continuamos ruta: una de nuestras camas en el tren está en waiting list, pero con el número uno, así que no tenemos ninguna duda de que mñana amaneceremos en Puducherry (Bueno, cerca, hay que hacer un transbordo en guagua) Nos vemos allí.

1 comentario:

Daniel Marín dijo...

La ciudad esta parece sacada de un cómic de Moebius. Increíble.