martes, 4 de febrero de 2014

La hermosa Hampi



Hampi, 4 de febrero.
Hoy nos vamos de este lugar fantástico del interior del sur de la India, del que supimos por primera vez en el  blog petitetoilevagabonde, de una viajera que conocimos en la remotísima Fakarawa...Luego nos la había recomendado más gente, así que aquí estamos...
Pero contemos primero como llegamos: nos subíamos al tren a primera hora de la mañana. Vamos en clase 3AC, literalmente quiere decir que es tercera con aire acondicionado, y en la práctica que vas en un compartimento de 6 personas con tres literas a cada banda; si viajas de día la de enmedio suele estar plegada si hay gente que no duerme, y las de abajo hacen de butacas. Hay una categoría aun inferior, que es la sleeper, que suele ir más abarrotada, según nos han dicho...

Los cristales del vagón están muy sucios y salen unas fotos pésimas, pero si uno sale a pasear, se puede asomar a las puertas que hay en el final de los vagones y ver como la India pasa a tu lado:
El primer tramo es de selva tropical, lástima no haber descubierto la puerta un poco antes, porque el tren colgaba de unas paredes muy pintorescas.

La selva tropical, ya en la parte alta

Traspasadas las montañas, el paisaje es un poco más seco, aunque no por ello deja de ser pintoresco...
Cultivos de mango


Tras 7 horas de viaje, nos bajamos en la estación de Hospet. Hemos compartido el vagón con un chico ingles, una pareja portuguesa/ingles y una médico argentina, de MSF. Ya antes de bajarnos un chico se ofrece a llevarnos hasta Hampi a Lily, la médico, y a nosotros a por 200 rupias.


Shiva, el ¿¿improvisado?? taxita nos pasea por Hampi Bazar, la principal zona de guest houses y restaurantes en medio de las ruinas ayudándonos a encontrar alojamiento. Oferta no falta y nosotros acabamos en el Kamala, justo en la esquinita del pequeño pueblo, por 800 rupias/noche (pero no hay que decírselo a otros clientes, porque pagan más...)


Pero no hay reposo, hemos quedado con Shiva que nos lleva a un monte a ver el atardecer por un módico precio...Pero hacemos unas fotos del entorno de nuestro hotelito:

A 10 metros de la puerta, hacia el norte, esta es nuestra panorámica

Y si miramos al sur  nuestra calle y al fondo la torre del templo de Virupaksha
Nuestro taxista nos lleva a los tres a un bonito templo en lo alto de una colina de granito:

Columnas musicales. Si uno golpea con la oreja pegada se oyen diferentes instrumentos...
Y Shiva no nos engaña, desde lo alto del todo se ve un fantástico paisaje a la mortecina luz brumosa del atardecer:


Marián y Lily ¡un saludo cuando nos lea!
Marianydani...

Grandes rocas de granito rodeadas de templos es la carecterística de Hampi

Abajo se extienden los campos de arroz, caña de azúcar, plátanos y cocoteros...


Foto de grupo
Cenamos con Lily y la pareja portuguesa, y a la noche nos encontramos con teatro y música en el interior del templo Virupaksha




Y tras una completa jornada, a dormir...
Las principales ruinas y templos de Hampi se pueden ver en un día se uno alquila un tuc-tuc (unas 500 rupias le costaba a Lily, que se iba por la tarde). Pero ya saben que nosotros viajamos con calma, además de que esta vez no teníamos tren hasta el 4 de febrero a la tarde... y estamos a 1; vamos a descubrir Hampi con calma: lo más cerquita es el ya nombrado templo de Virupaksha:
Torre principal, de 1442
Hampi consiste princialmente en ruinas y templos abandonados, pero éste, al lado de Hampi Bazar, continúa activo. Al poco de entrar el elefante del templo te bendice por unas pocas rupias que te agarra con mucha maña:

Y con la bendición del elefante, nos disponemos a recorrer el templo:



'Golifiando' por los pasillos, acaban por ponernos el tercer ojo:



Hacia el sur del templo hay una loma repleta de templos más pequeños con buenas vistas hacia Hampi Bazar y su templo:






La torre del templo y Hampi Bazar, que en realidad es un cuadrilátero de unas pocas calles perpendiculares, plagado de guest houses, restaurantes en las azoteas (muy agradables y buenos) y tienditas de todo...
Todo el paisaje de Hampi está sembrado de montañas de granito que se ha erosiado en forma de bolas ( eso y la poca altura sobre la llanura de estos montes hace pensar en una erosión de decenas o cientos de millonesd de años )
En las montañas, al escurrirse el agua por encima de las roca dura, la vegetación es escasa y formada por plantas suculentas o espinosas:

Una euphorbia entre los granitos
Bajemos a Hampi Bazar:


El río al lado del pueblo. Al contrario de las montañas, en la zona baja circula el agua que se ha canalizado para regar cultivos de todo tipo
Por la tarde volvemos a los templos de la mañana para ver otro atardecer:

Cocoteros y plataneras en medio de las rocas graníticas, un paisaje precioso...

¡Y que bien se cena en Hampi!
Otro día, hoy nos vamos al otro lado del río, donde también hay alojamientos algo más tranquilos y restaurantes un poco más 'chill-out' que en Hampi Bazar, pero también algo más incómodos para ir a las ruinas, porque hay que cruzar el rio en barcaza, y allí la eficiencia no es el punto fuerte. Hay dos barcazas, pero cada una opera sólo en una dirección, volviendo a su puerto de vacío y haciendo esperar al solajero el doble de tiempo...

Nuestro lado es más de plataneras, el otro más de arroz:




Hampi ha resultado además un lugar muy productivo para los pajaritos de Dani, sólo hay que mirar que se posa en los cables a la hora del solajero:
Blue-tailed Bee-eater, Merops philippinus, un bonito abejaruco
Ya deciamos que la barcaza es un poco lenta, por eso del sentido único, así que tenemos tiempo de fotografiar al actividad de la orilla:



Tras unas horitas refugiados del sol que más calienta, a la tarde ascendemos a la cercana Matanga Hill, donde hay un templo (cómo no) y fantásticas vistas:

Hacia el norte...

Hacia el sur, ruinas del templo de Kodandarama


Esta vez no nos quedamos al atardecer, sino que por unas escalinatas de piedra descendemos al templo de Kodandarama, pasando por fincas de platanos y canales de riego:

Kodandarama; hay tanto templo que muchos no tienen ni visitantes


En días anteriores habíamos visto los templos cerca de casa. Para ver algo de lo muchísimo que hay a más distancia, alquilamos unas bicis:
Cruzando la puerta de Talarighat, una de las del recinto amurallado de Hampi
¿A qué se debe toda esta profusión de ruinas y templos?  (Traduzco de la 'lonely') Aunque hay restos más antiguos, Hampi se hace importante cuando un príncipe Telugu decide instalar aquí su capital, Vijayanagar, en 1336. Durante unos dos siglos se convierte en el centro de uno de los imperios hindús más grandes que haya habido, llegando la capital a ser una próspera ciudad de medio millón de habitantes, repleta de templos y palacios...todo ello se hundió de repente, cuando una confederación de sultanes del Decán la arrasó en 1556, sin que nadie volviera a reconstruirla. Y así hasta hoy, donde en un ária de treinta y pico km cuandrados hay más de 3000 restos arqueológicos. Vamos, que por mucha bici, no nos lo acabaremos.
Visitamos una de las estrellas de Hampi, el templo de Vittala, de 1509-1529, considerado una obra maestra del arte Vijayanagar, y uno de los pocos en que se paga entrada, que tambien vale para el palacio de la reina que veremos luego:


Aun siendo la estrella, hay pocos turistas

Lo más famoso es un carro de piedra, el de Vishnú: en su tiempo las ruedas podían girar:
Turistas pocos, pero hay vistas escolares, y todos quieren sacarse fotos con Marián:
Primero los niños...

...y luego las niñas

En la soledad del templo se pueden ver aves interesantes:
Hembra de Plum-headed Parakeet, Psittacula cyanocephala

Y este es el macho



Cruzamos el río en barcaza, (aquí sí es una sóla barca, pero el problema es la logística para subir las motos; nosotros dejamos las bicis al cuidado de una vendedora de cocos) y nos vamos a la pequeña y antigua aldea de Anegundhi, con casitas tradicionales y un par de templos:





Nuestras compañeras de barcaza dirigiéndose al pueblo
Volviendo a nuestro lado del río, retrazamos nuestros pasos para visitar la zona de los palacios reales...por el camino adelantamos a las señoras que vienen de los cultivos de caña:




El palacio del rey es un conjunto amurallado de ruinas interminables, destaca una pirámide desde la que se supone que contemplaba los fastos imperiales...



Baños para los funcionarios reales
Un poco más cerca de Hampi, se encuentra el palacio de la reina, con varias torres y edificios de estilo 'hindo-arábigo' en su recinto, y el único lugar donde vimos grupos organizados de turistas,... rusos.






A nosotros, un tanto saturados por la cantidad y por el sol, lo que más nos llamó la atención fuerosn los establos de los elefantes:

Hoy hemos visitado otros templos cerquita de casa que habíamos dejado pendientes (sí, no te los acabas nunca)...Intentaremos poner alguna foto si se deja, y si no, a la próxima...¡Saludos a todos desde la India!

M&D











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