Como hay intención de al menos acabar nuestro relato de México, vamos a intentar acelerar un poco la redacción. Para facilitar las cosas pasamos a formato 'diario' (para poder manejarnos en el montón de fotos que tenemos) e intentaremos suplir los textos un poco más escuetos con fotos, que se suben relativamente rápido en casa, y enlaces. Y quizás los nombres de pajaritos se queden pendientes de poner para cuando haya más tiempo. Estamos en plena 'organización' de otro viaje y no es momento de investigar los americanos...
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Después de
Ciudad de México, el
eclipse total en Mazatlán y nuestros recorridos por la
Baja California, estamos enfilando la parte final del viaje. Entre opciones de correr a ver cosas, nos hemos decantado por nuestro ritmo pausado y centrarnos en una última zona de este país inabarcable en un mes. Nos dirigimos a
Las Barrancas del Cobre, un conjunto que promete ser espectacular, enclavado en la cordillera Sierra Madre Occidental, una especie de continuación al sur de las Rocosas estadounidenses.
Siguiendo las recomendaciones de nuestros amigos Pepi y Marc, nos recorreremos el ancho de esta cordillera en tren, en una ruta que es legendaria en estas latitudes, El 'Chepe', de Los Mochis a Chihuahua...
<20 de abril>
Pero primero hay que llegar. Recién aterrizados en Culiacán, compartimos taxi y desde la estación de buses (camiones) y nos subimos al primero que va hacia Los Mochis, donde esta vez tenemos reservado hotel.
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Campos de millo al atardecer, en el camino. |
Aunque la guagua te deja en una calle desangelada, un taxi nos lleva el corto trayecto al hotel. Como no es muy temprano, salimos rápido a echar un vistazo. A dos cuadras está la coqueta plaza central de Los Mochis, que hoy está muy animada con mercadillo.

Aprovechamos para echarnos unos ricos tacos antes de enfilar al hotel a descansar, que hoy habíamos amanecido en el remoto Cabo Pulmo de Baja California y hemos acabado aquí, bien lejos.
<21 de abril>
Por la mañana nos despertamos con un desfile-manifestación. Tenemos nuestro tren reservado para mañana en El Fuerte, pero allí hay que llegar en guagua, así que iremos a gestionarla y de paso echamos una visual a una nueva población mexicana...

Los Mochis, más allá de la plaza central, no resulta una ciudad especialmente atractiva, pero sí muy animada. Las calles siguen el patrón de calles perpendiculares y cuadras típico de esta región del mundo, y la zona central parece más de comercios de todo tipo que para vivir.
De hecho, en búsqueda de la estación de guaguas, no tardamos en toparnos con un bullicioso mercado que ocupa un buen puñado de calles:
Pero nuestro objetivo es movernos hasta El Fuerte. Aunque el tren sale de los Mochis, se ve que el primer trayecto de Los Mochis a El Fuerte es bastante plano y menos interesante, y como sea que el precio es por trayectos y no es precisamente barato, preferimos ir este tramo en bus.
Efectivamente el trayecto, de unas dos horas, es plano y sencillo. A mediodía, con un calor bastante notable, nos plantamos en la bonita e histórica población de El Fuerte.
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El cartelito frente al Palacio Municipal, edificio de Principios del siglo XX |
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Patio del Palacio Municipal |
El edificio que da nombre a la población, o una restauración/ reconstrucción de éste, alberga un
interesante museo de historia y etnografía, y ofrece bonitas vistas de la ciudad y el Río Fuerte, a orillas del cual se asienta la población.
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El Fuerte propiamente dicho. La justificada agresividad de los nativos obligó a los colonos a edificar, hacia 1610, este sistema defensivo que acabó dando nombre al río y a la población |
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Un panel a la entrada nos habla de la llegada española en 1564...el río Zuaque se llama ahora 'Fuerte' |
Es recomendable llevar repelente antimosquitos para disfrutar del bonito atardecer:
Nos volvemos abajo a callejear, buscar un lugar de cenita y recogernos, que mañana nos toca amanecida...
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Atardecer en el río Fuerte
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<22 de abril>
Por la mañana el dueño de la acogedora casita donde nos quedamos (
Posada don José 👍🏽) nos acerca a la estación, distante unos 7 km, donde comenzará nuestro periplo en 'El Chepe'
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El 'Ch- P', de 'Chihuahua-Pacífico'; aunque hacia finales del siglo XIX ya se construyeron tramos desde los dos extremos, la difícil orografía de la Sierra Madre, que iremos viendo en los próximos días, hizo que la línea no se completara hasta 1961. |
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Pajaritos aprovechando la espera |
Ya aposentados en nuestro cómodo y casi vacío vagón 'clase turista', iniciamos la aventura. Primero tenemos los relativamente áridos llanos a pie de las montañas:
El revisor anuncia religiosamente todos los puntos de interés, y hasta por cual ventanilla salen mejor las fotos. El primer gran puente que se cruza da unas magníficas vistas del río Fuerte y la
Sierra Madre Occidental al fondo, hacia donde nos dirigimos:


Nos vamos acercando a las primeras montañas. La estructura de los riscos nos es familiar, claramente de origen volcánico.
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Se observan claramente los apilamientos de coladas en las montañas del fondo |
Esta zona está sufriendo una pertinaz sequía, lo que hace que al atravesar un gran embalse que en ocasiones es lago, ahora lo veamos prácticamente vacío.


El tren va entrando por un valle estrecho donde las montañas comienzan a ganar altura y vegetación.
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Aun estamos en la arbustiva de zonas bajas, pero en las laderas aparecen árboles amarillentos, que luego descubriremos que son quercus (género de las encinas y robles) y más arriba aún, pinares |

Recorrer estas montañas en tren es de lo más pintoresco.

En un ensanche del Valle , el tren realizará un gran giro para ganar altura:

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Nos pedimos la sopita, disfrutando del camino |
Ya estamos más arriba, a unos 2000 m sobre el nivel del mar. Si la costa californiana se nos pareció a la orilla de Gran Canaria, en la zona alta parece que nos trasladan a los alrededores de los Llanos de la Pez, también en la isla de Dani. El parecido es realmente notable, salvando las distancias y escala...
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Ponemos una foto de los Altos de San Bartolomé de Tirajana y daría el pego, pero nos acercamos a la estación de Bahuchivo.
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Aquí haremos nuestra primera escala, dejando atrás el tren. Vienen a buscarnos de una especie de casita rural que hemos cogido en Urike, distante unos 30 km de aquí.
El recorrido hacia Urike también es una 'excursión' en si misma, Hemos reservado en un hotelito en Urike, y el dueño nos ha enviado un conductor, que resultó ser su padre, que nos hará el recorrido con paradas en lugares de interés y amena charla. Unas columnas de tobas volcánicas gastadas por la erosión son una de las curiosidades, sobre todo la penúltima de la derecha, que recuerda al Oso Yogui...
Hacemos una pequeña parada en
Cerocahui :
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Misión de San Francisco Javier. La iglesia debió construirse en la década de 1680, con la llegada de los primeros evangelizadores, aunque posteriormente quedó abandonada con la expulsión de los jesuitas en 1767. Los religiosos no retornaron hasta 1939, época en la que la encontraron en ruinas y la reconstruyeron |
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Continuando por la carretera convertida en pista dejamos atrás Cerocahui |
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Vegetación de 'encinos', formada por varias (muchas) especies del género Quercus |
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También pinos, que ahora que estamos un poco más altos, pasan a ser dominantes |
Hay una pequeña parada en lo más alto del camino, sobre los 2500 m sobre el nivel del mar, con tiendita-barecito, en un lugar que se llama 'Mesa de Arturo'
Continuando ruta, llegamos a la primera asomada a los barrancos que caen a la profunda Barranca del Cobre:
No en vano, las Barrancas superan en dimensiones al famoso
Cañón del Colorado. No vamos a entrar en comparaciones, vivimos en un planeta siempre dispuesto a maravillarnos. La vista es grandiosa:
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Mucho más abajo, Urike, nuestro destino hoy |
A pesar de lo impresionante de las dimensiones de la Barranca, Dani no puede evitar que se le vayan los ojos también a los matojos de las paredes: aquí tenemos en su hábitat natural una planta tremendamente invasora en las Islas Canarias;
Ageratina adenophora:
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Ageratina adenophora en su casa... |
...conviviendo con un buen número de plantas crasas que darían para mucho estudio botánico:
Pero vamos a seguir, pronto comenzará el largo descenso:
A poco de bajar se para en un mirador espectacular, el del Cerro del Gallego, donde se divisa aun mejor Urike al fondo del cañón.
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Marianydani en Cerro de los Gallegos, asomados al Cañón de Urike |
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Flora autóctona en Cerro del Gallego |
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Hojas de algún Quercus |
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Marián sobre el abismo |
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Pinus sp. |
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Quercus sp. |
Hemos descendido desde los 2500 m sobre el nivel del mar hasta el fondo del valle, que debe andar por los 500. La temperatura ha subido notablemente y la tarde es cálida. Después de instalarnos en nuestro coqueto hotelito, que saldrá más adelante en fotos, nos vamos a dar una vuelta por la calle principal
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Monumento a 'Caballo Blanco', un corredor de ultrafondo que convirtió este lugar en su hogar |
ABAJO EN URIKE
<23 de abril>
Amanece un caluroso día en el fondo del cañón, pero nuestro hotelito tiene piscina y barecito😃
Y bonitas vistas a los riscos que nos rodean.
No tardamos en salir de exploración, que Dani tiene que 'cazar' pajaritos...
El pueblo está a orillas del río:
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Iglesia de Urike |
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De compras |
De relax en nuestro Hotel Villa de Urike, un encantador oasis
Vamos a por unos víveres...
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Urike tiene pista de aterrizaje ¡! |
A la tarde intentamos excursión río abajo.
Aunque nuestra intención era ir más lejos, llegamos a una curva de la pista con un amplia vista del valle y pegamos vuelta, porque a pesar de caer la tarde, sigue haciendo solana y calor.
Y además, si nos encantábamos, no llegábamos a la cena, que aquí cerraban pronto:
Aunque Urike tiene un cielo relativamente oscuro (también han llegado las farolas de LED y no es todo lo oscuro que uno esperaría) nos tocó con Luna llena. La que dos semanas atrás
nos ocultó el sol...
<24 de abril>
Urike en esta época es caluroso y las dos opciones principales que teníamos de excursiones eran básicamente largos trechos 'río arriba' y 'río abajo' por la pista que recorre el valle. En esta ocasión Marián optó por el relax mientras Dani se enfrentaba a la solana matinal para recorrer la primera de las opciones: acompañémosle valle arriba:
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Casas tarahumaras. |
La pista asciende para evitar una de las curvas del río.
Más allá las huertas y casitas de Guadalupe Coronado:
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Tuneras y millo |
En la aldea está el objetivo de Dani, una pequeña iglesia de la época de los misioneros:
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Con dos animales disecados en la entrada |
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El señor del microbar que hay al lado me abre para que pueda echar un vistazo a su austero interior |
Toca desandar el camino, ahora con más calorcito, aun...
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Coles |
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Papayas |
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En el corazón de las Barrancas del Cobre |
Llegando a Urike...
En el barranco,
otra planta que en Canarias es invasora, y que proviene de estas latitudes:
Como Dani está en racha, decide también hacer por la tarde la ruta valle abajo, para intentar llegar a un tal 'charco verde'
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Aquí habíamos llegado ayer... |
Llegado a la pequeña población de Guapalayna, se sube por un valle lateral, junto a casas de los tarahumara que habitan el valle:
El valle pronto se estrecha, y parece que la vegetación se hace algo más verde:
En efecto, el 'Charco Verde' existe, aunque no es mucho más que eso...Pero la ruta lo valió.
Como la vuelta es larga, remojo rápido y a casa, por la misma ruta:
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Mata que recuerda a un Helychrisum canario, aunque será otra cosa |
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Melanerpes formicivorus |
Bahuchivo, donde nos da tiempo dar una vuelta y comer antes de tomar el tren.
¡Aquí llega el nuestro!
De nuevo cruzando montañas en tren:
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Los pinares siguen siendo la vegetación dominante de estas montañas, a unos dos mil metros sobre el nivel del mar
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En una de las paradas, la población local vende sus artesanías a los viajeros del tren:
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La verdad es que están muy trabajadas y son bien bonitas; no pudimos resistirnos. |
Próxima estación, Divisidero. Y divisar, se divisa una vista increíble de las Barrancas:
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No faltan los puestitos |
Aunque primero vamos a instalarnos en nuestro pequeño hotelito en Areponapuchi, la población cercana, luego en la tarde aprovechamos para una asomada con más calma al borde de los riscos que miran a Las Barrancas del Cobre.
En la planicie superior, Dani se afana en intentar reconocer algún arbolillo. Si lo que cuelga en el abismo de la foto de arriba recuerda a una sabina, es asombroso el parecido de la corteza del siguiente árbol a los madroños de Canarias (Arbutus canariensis)
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Y el parecido no es casual, pues se trata de un Arbutus xalapensis, que aquí también llaman 'Madroño' |
La vegetación dominante sigue siendo el pinar, mezclado con los encinos.
La identificación de las especies se presenta ardua, puesto que tanto de 'pinus', como de 'quercus', resulta haber un buen puñado de ellas.
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De Quercus hay 13 especies... |
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Pinus sp. |
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Arbutus xalapensis |
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Otro Quercus |
<26 de abril>
Había que alimentarse bien, que hoy nos vamos al
'Parque de Aventuras Barrancas del Cobre' y aunque suene a turistada, que un poco lo es, vale bastante la pena entrar.
Un teleférico permite bajar y subir hasta una aldea a media ladera:
Las vistas desde el restaurante y miradores son espectaculares.
Pero nosotros no bajamos en teleférico, sino ¡en tirolina! Aunque hay una muy larga (el zip nosequé) que es un sólo trayecto directo, nosotros optamos por la ruta más completa de 'las 7 tirolinas', una ruta que combina volar bien alto en tirolina con senderos cortitos con bonitas vistas...¡allá vamos!
Sobrevivimos y llegamos a una pequeña loma habitada por tarahumaras que se asoma al abismo del río Urike, aguas bastante más arriba de donde estuvimos nosotros:
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Lejos valle abajo estaría Urike |
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Al otro lado, lejísimos allá abajo, otro tramo del río |
Para subir, ahora sí cogemos el teleférico...
Una buena enchilada, que la emoción de las tirolinas dan hambre.
Saliendo del parque, hay una ruta llena de pasarelas y miradores en la que entretenerse el resto de la tarde.
<27 de abril>
Nos toca despedirnos de las Cabañas de los Portales donde tan bien nos han atendido, para continuar ruta. Hoy tomamos el tren a Creel.
Pero nos da tiempo de pasar toda la mañana y algo de la tarde asomados en el Parque Las Barrancas y andar hasta Divisadero, disfrutando de las vistas
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Un incendio se propaga por las laderas resecas (pero cubiertas de hierbas) de uno de los barrancos |
De nuevo en el tren, éste nos llevará por la zona más alta de la Sierra Madre occidental hacia la población de Creel, nuestra última escala en las Barrancas del Cobre.
Aquí, rondando los 2500 m de altura, la geología continúa siendo volcánica; los colores blancos indican andesita y rocas pumíticas de erupciones violentas...
Llegados a Creel, un chófer enviado por nuestra anfitriona nos lleva a su acogedora casa.
En Creel nos alojamos de nuevo en un intercambio de 'Homeexchange'. A diferencia de otros intercambios que conseguimos in extremis, éste lo teníamos apalabrado desde hacía meses. Aunque no pudimos ver personalmente a Cristina, estuvo siempre muy atenta con nosotros e insistió amablemente en ofrecernos su casa. Y nos dejó en manos de Yadira, que nos atendió muy bien y resolvió todas nuestras dudas....
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Super acogedora y bonita, disfrutamos muchísimo.!Gracias a Cristina y a Yadira por su amabilidad y cordialidad!
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Nos alejamos junto al precioso hotel
The Lodge at Creel, regentado por Cristina, que nos ha dado acceso a muchas de sus comodidades, con un magnífico salón que pareces trasladado a Las Rocosas, una fantástica pizzeria, una fábrica de cervezas,...sacamos jugo a todo
Pero primero vamos a dar un paseo por la agradable y animada
Creel, para que se hagan una idea. Parece más un pueblo 'del Oeste' que de México, quizás en parte debido a su fundación relativamente reciente (a principios del siglo XX), en un lugar antes inaccesible, en la época de la construcción del ferrocarril y como lugar donde se extraía la madera de los aparentemente inacabables bosques.
<28 de abril>
Hoy es un día de relax en la agradable Creel, que dedicaremos a pasear y culturizarnos un poco.
Muy interesante es el
Museo Casa de Las Artesanías, donde podemos ver unas pinceladas de la
cultura tarahumara que aun pervive y forma parte importante de la población en estas montañas.
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La vestimenta tradicional sigue siendo habitual en las calles de Creel |
No hicimos grandes excursiones en Creel, pero sí algún paseo por los alrededores. Uno de ellos nos llevó a una estatua que domina, cual
Cristo Redentor de Rio de Janeiro, las alturas de la ciudad:
De vuelta:
<29 de abril>
En Creel se ofrecen innumerables excursiones y tours, pero nosotros estamos a una altura de nuestro viaje en la que nuestra intención fue más la de 'estar' que la de abarcar. Aún así, ya nos conocen, y saben que somos noveleros. Así que de buena mañana (bueno, a media mañana) decidimos hacer un paseo a varias de las atracciones cercanas. Nuestra intención era haber alquilado una bici, que hubiera sido ideal, pero la compañía que las alquila había tenido un percance y no abría. Haremos el recorrido a pie, que también es agradable. Siguiendo el final de la pista de Creel hacia el SE, se pasa por una especie de caseta de admisión, donde una módica entrada nos da acceso a la zona de la Misión San Ignacio Arareco. Primero visitamos una cueva tarahumara;
Continuamos camino. Aquí echamos de menos no ir en bici, pero es ameno en todo caso.
Valle de los Hongos:
Valle de las Ranas:
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Sí que parece una, es más pequeña que la Rana del Roque Nublo... |
Un antiguo cementerio cerca de la Misión:
Y la iglesia de la Misión, de 1746:
Seguimos un poco más lejos, pero no mucho, antes de retroceder hacia Creel.
Nos acercamos por la tarde a ver llegar el tren, aunque nosotros nos iremos en guagua pasado mañana.
De momento vamos a seguir disfrutando de Creel, y también de la acogedora casita de Cristina.
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Dani pilló un interesantísimo libro sobre las Barrancas... |
<30 de abril>
Una de las actividades fue pulular por los jardines del hotel. En la sombra de un pequeño pinar hay unas mesitas estratégicamente situadas para una cervecita y la observación de aves...
Justo al lado hay unos comederos de pajaros muy frecuentados por aves autóctonas:
Había que sacarle jugo al librito, que ya que lo llevamos todo el viaje...
También vamos al salón del hotel a escribir nuestros diarios, quizás alguna entrada de este blog y a disfrutar...
<1 de mayo>
Toca irnos, con penita. Nos despedimos de Creel, donde hemos disfrutado de unos días de relax después de nuestro periplo por este país encantador que es México.
Unos fotos para el recuerdo...
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Dani echando un vistazo a las monedas, que el va haciendo su colección |
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Esperando la guagua. |
Aún nos queda un trayecto largo en guagua, que nos irá bajando de las montañas hacia las planicies de Chihuahua. En el trayecto no podemos mas que pensar en que este lugar del mundo bien merecería una nueva visita.
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Pequeños pueblitos entre pinares y montañas |
La transición al árido interior - norte de México
En una de las paradas se baja toda una familia indígena.
La ciudad de Chihuahua la veremos solo de refilón, desde la guagua
Desde la estación de autobuses tomamos un taxi hasta el aeropuerto, para embarcarnos en un vuelo rumbo a Ciudad de México, donde haremos una última estancia cortita para cerrar nuestro viaje por México.
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Interiores de México |
Pronto, ya se está preparando, publicaremos unas fotos de nuestro final de viaje en Ciudad de México. Estén atentos estos días que volvemos a movernos...
Para ampliar esta entrada:
-Turismo en Creel
-Flora
(La flora de las Barrancas del Cobre, Chihuahua, México Toutcha Lebgue1, Manuel Sosa2 y Ricardo Soto3)
-GEOLOGIA
(Magmatismo y tectónica en la Sierra Madre Occidental y su relación con la evolución de la margen occidental de norteamérica) Luca Ferrari1 Martín Valencia-Moreno2 Scott Bryan3
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