miércoles, 15 de abril de 2020

El Kumano-Kodo. Peregrinando por Japón




Seguimos viajando por Japón mientras el blog vuelve a retrasarse. Los acontecimientos con el 'coronavirus' y lo complicado de la situación en España nos ha mantenido ocupados cuando pillamos internet, y quedan pocas ganas de escribir viendo la que está cayendo. Se une que aquí también comienza a haber problemas en algunas prefecturas y tenemos que estar más pendientes. Pero en huequitos hemos hecho una selección de fotos para continuar el relato de nuestra aventura. Para los que pasan rápido el blog y sólo miran las fotos...que sabemos que hay gente que lo hace..., decirles que va a haber mucha repetida de sendero entre árboles y de templitos; es lo que hay, todos los días cruzábamos bosques que parecían aun más frondosos o fotogénicos que los anteriores, o con una luz distinta...Es más complicado seleccionar que subir las fotos, así que hay muchas.

Vamos al relato.

Después de un primer contacto en Osaka y Kyoto, nuestra siguiente etapa será el recorrido del tramo final del Kumano - Kodo, una ruta con suficientes cosas en común con el Camino de Santiago como para tener una especie de hermanamiento...

Para empezar a peregrinar, nos tenemos que ir al sur, a la península de Kii.

A Osaka en tren desde Kyoto, para allí coger una guagua
El lugar de partida es Kii-Tanabe, una población costera a unas 3 horas de Osaka.
El cablerío no es exclusivo de las grandes ciudades...Nuestra habitación está en esta calle

En la playa no hay nadie...tampoco en la calle

Barcos de pesca japoneses


Costeando hacia el norte hay una pequeña península rocosa y arbolada que es parque natural. No es nada del otro mundo, pero es nuestro primer contacto con la costa natural japonesa.

Hacemos noche en Kii-Tanabe, para a la mañana siguiente comenzar la ruta programada. Por la mañana nos acercamos a un templo del pueblo que entra dentro de la designación del Kumano Kodo como Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO. 

Tokei-jinja. En estricto, no es un templo. En los mapas y carteles aparece como ‘shrine’, que puede traducirse por altar o capilla...
Cuando decimos que la ruta es programada, lo decimos ‘sensu stricto’. Hemos comentado que la ruta tiene similitudes con el Camino de Santiago. Ambas son rutas de peregrinación con más de mil años de historia (son casi ‘contemporáneas’) que van recorriendo lugares sagrados. Pero hay cosas diferentes, además de la obviedad de las religiones implicadas. Aquí no hay albergues y menús del peregrino, y no se estila llegar a un alojamiento a preguntar si hay sitio... Lo que hay, escaso y caro, hay que reservarlo con tiempo. De hecho, hay una especie de agencia que diseña y arregla itinerarios por internet, en función de cuantos días y en que fechas quieres ir, que tipo de alojamiento y si incluyes comidas ... incluso hay servicio de transporte de maletas si quieres contratarlo. (Kumano travel)

Investigamos un poco otras opciones (por ejemplo, booking, a ver si había más alojamiento o nos tomaban el pelo en la agencia; ninguna de las dos cosas) Viendo que no había mucha diferencia y lo sencillo que era con Kumano travel, dejamos que nos diseñaran una ruta de seis días, con los alojamientos, desayunos, cenas y ‘lunch box’ (si alguien aterriza aquí buscando consejos para el Kumano Kodo, la lunch box es lo único obviable y un poco estafa que nos puede ahorrar un dinerillo,  lo demás es altamente recomendable) Lo del transporte de equipaje esta prohibido por nuestra religión (otra); dejamos lo que no íbamos a usar, gratis, en el hotel de Kyoto, y transportamos a la espalda nuestras mochilas con lo necesario para el camino, y alguna chorrada de las de Dani, como los prismáticos 10x50 que casi no usó...

En nuestra ruta diseñada, el primer día se agarra una guagua desde Kii-Tanabe hasta Takijiri-Oji, un altar a orillas del río Tonda-gawa (redactamos con el librito/guía al lado, no es memoria portentosa) donde se empieza a caminar evitando carreteras y zonas urbanas:

Primer día de ruta: Takijiri-Oji — Takahara  (12 de marzo, 2020)
El río. Lo de enfrente no es el ‘Oji’ , sino un centro de información turística

Tori de entrada al Oji (oji= un tipo de altar, algo más importante, creemos)
Otra diferencia con el Camino de Santiago, es que los lugares sagrados no son iglesias románicas cargadas de historia y arte. Casi todos los lugares del Kumano-Kodo son pequeños altares en forma de cabañitas con estatuillas escondidas dentro, cuando no directamente una pequeña talla de buda en una piedra que no llega al medio metro de altura. Además, casi todas con pinta de ser reproducciones o reconstrucciones bastante recientes...Y a veces ni eso, sino un cartel que cuenta alguna peripecia mística de algún monje o peregrino ocurrida en el lugar y que se conserva en diarios de viajeros.
Takijiri-Oji

La etapa de hoy es ridículamente corta, pero nosotros últimamente estábamos más hechos a estar botados en playas hawaiianas y el primer repecho nos cuesta arrancar. Y eso que es bosque frondoso y fresquito...


El desnivel a superar es de trescientos metros, tenemos un folleto con todo el perfil claramente especificado...

Como decíamos, no hay catedrales, pero de altarcitos, piedritas y buditas, hay una ‘jartadura’ , y en todos ellos un puñado de yenes...
La casetilla de detrás es para guardar un ‘sello’ y tinta para ir estampando en un cartón que llevan los peregrinos. Igualito que el que llevas al camino de Santiago para sellar en iglesias y albergues y que te den la Compostela al final. De hecho el cartoncito lleva dos caras, una para los sellos japoneses y otra para los sellos de España. Lo descubrimos cuando vimos que los sellos no cabían bien en las cuadrículas...estábamos sellando en el lado español... (Los protagonistas de este blog hicimos el Camino en los años ‘90, mucho antes de conocernos)
Una constante del Kumano-Kodo, los bosques de Criptomeria japonica. Un árbol que se usa para plantaciones en Azores, y que también mencionamos en alguna entrada de las islas Hawaii, pero que es oriundo de aquí, de Japón.

Aunque nativo, la densidad y tamaño constante de los árboles en muchos lugares hace pensar en plantaciones/repoblaciones relativamente recientes
Al superar el primer repecho, un pequeño mirador nos permite ver las montañas hasta el infinito de la Península de Kii

Otro altar. Además de las monedillas, no faltan los vasitos de sake o los trapitos para vestir a las estatuillas:

Y otro. Y hoy sólo caminamos dos horas...

Al final, quitando el repechillo inicial que nos costó más por falta de costumbre que por dureza, la primera etapa ha sido un paseíto agradable. Ya estamos en el minúsculo y muy rural Takahara:


El alojamiento es un hotelito - ryokan (alojamiento tradicional) con vista magnífica. Nos dan una habitación’occidental’, que era lo que quedaba cuando hicimos la reserva desde Hawaii. Pero el sitio no parece lleno, se ve que el coronavirus ha provocado anulaciones, y nos cambiamos a una habitación japonesa...

El salón, que de noche se convierte en dormitorio cuando sacas unos colchones del armario, apartas la mesa, y te haces la cama en el suelo 
Tenemos la cena incluída, pero no la comida. Hervimos agua (en todos los alojamientos japoneses hay un calentador de agua, para el té) y nos echamos unos noodles de super...

Luego paseo por el pueblo:
Takahara


Camellia japonica.   Crece natural en los bosques, pero también se ve en jardines
El lugar tiene también Onsen, un gran invento japonés:
Agua caliente con vistas a las montañas
Cenita japonesa después del onsen y paseo...

Preparando la cama:


Segundo día de ruta: Takahara —-Tsugizakura-oji (13 de marzo)

Por la mañana tenemos un desayuno japonés, aunque también con algún elemento occidental, que echarse una sardina a las ocho de la mañana descoloca un poco...



El salón del restaurante tiene mucho encanto

Hoy toca caminar un poco más en serio. El bosque de criptomerias por el que se asciende es más espectacular que el de ayer, con árboles más maduros:

Ya dijimos que es dificil decidir que fotos poner, así que ponemos muchas...

Poniendo los sellos en nuestros cartoncillos. Aquí todavía no sabíamos que era en la otra cara...


A tramos las plantaciones de criptomeria se alternan con bosques nativos, que tiene un aire intermedio entre nuestra laurisilva y los bosques del mediterráneo.




Alguna vez le paso el móvil a Marián, porque si no parece que el viaje lo hace sólo ella...

De cuando en cuando aprece una pequeña palmera, probablemente nativa, entre los  grandes árboles,  cf. Tachycarpus fortunei

También hay bosquecillos de bambú (especie concreta por determinar)

Según un cartel explicativo (hay muchos) la stupa del fondo es del siglo XII. También cuentan el motivo de las estatuillas de delante, pero no nos acordamos...

Los cerezos no sólo aparecen en jardines, también forman parte de los bosques nativos, y algunos comienzan a florecer
A medio camino pasamos por un pueblo a orillas de un río, Chikatsuyu.


Algunos vecinos ponen mucho esmero en sus jardines


Cafecito caliente, las máquinas expendedoras no faltan en los pueblos
El camino vuelve a subir a las montañas...

Casas desperdigadas forman el pequeño núcleo de Nonaka, donde está el altar donde acabamos la ruta hoy:

Nos cuesta encontrar nuestro alojamiento. Es tan nuevo que aún no tenía cartel. De hecho, dos chinchetas, una en Gran Canaria y otra en Benicarló, son las primeras pinchadas en el mapamundi de la pared...
El ‘minshuku’ (pequeña pensión japonesa) es nuevo, pero reaprovecha una casa antigua:
Salón principal, dormitorio de noche


Salita de lectura y té

Los pijamas

Lo de la lectura, complicado. Hemingway en japonés
El sitio es una pasada. Por desgracia, nos llaman Astrid y Fran, hermana de Dani y cuñado. Íbamos a reunirnos en una semana en Kyoto, y ya nos veíamos en el karaoke con ellos...Pero las cosas se estàn complicando, mucho, para venir desde Canarias, y ellos no pueden jugar con el margen que nos da un permiso largo a nosotros, así que han tenido que anular su viaje a Japón dos días antes de volar...¡los echamos de menos! :(

Cena japonesa, con cervecita a la salud de Fran y Astrid:


Ajedrez japonés.


Tercer día. Nonaka — Hongu. (14 de marzo)

Amanece con frío y lloviendo. Después de un desayuno buenísimo, da pereza salir. Pero no queda otra. Cosa de los vijes ‘programados’.
Llueve, que guay (sarcasmo)
No es una lluvia muy fuerte, pero sí continua, durante toda la subida inicial. Es verdad que el día ofrece vistas de cuadro japonés, con arroyos, árboles y montañas envueltos en jirones de niebla...

Rhododendron sp. ¿?


El camino no se puede perder ni queriendo, muy  bien señalizado

Arriba la lluvia se convierte en niebla...





Camellia japonica, ahora en medio del bosque





Rhododendron más lucido, la especie es difícil de identificar
La ruta de hoy es larga, e incluye un traslado en guagua desde Hongu, donde acababa hoy, hasta Yunomine-oji, que es donde dormiremos. Nosotros nisiquiera llegamos a Hongu; el primer pueblo que encontramos sólo tiene una guagua, a las tres menos cuarto. Hasta Hongu queda trecho y no tenemos claro sí al llegar allí habrá comunicación. Y tenemos motivos para llegar al alojamiento temprano (además de que a las seis es de noche)
El primer pueblo, Hosshinmon, donde agarramos la guagua a  nuestro alojamiento
Hongu resulta ser grande, con templos importantes (aunque para nuestra limitada visión de la cultura japonesa, muy similares a otros vistos); pasamos de largo para llegar a Yunomine, un pueblo de ‘onsens’ y fuentes termales, muy pintoresco:
Yunomine, por el río circulan aguas termales
Pero aquí se cena pronto, a las seis de la tarde nos tienen sentados.

Después de comer, a pasear por la calle. Con el fresco de la noche, los vapores del río son más evidentes

Aquí la gente no se baña; cuelga bolsitas con huevos para cocinarlos
Para bañarnos tenemos el onsen del alojamiento:


Cuarto día. Kogumotori-goe  —  Koguchi  (15 de marzo)




En Yunomine se toma una nueva guagua para retomar el sendero un poco más adelante de Hongu.(Vale, no todo se hace andando, esta vez tampoco era la intención. En estricto, el Kumano - Kodo tradicional comenzaba en Kyoto, Osaka o Nara, y se tardaba unos 40 días, hoy en día eso implicaría semans de ruta entre casas y parques industriales ).
Hoy en seguida se empieza a subir...pero hace un día bonito que invita a disfrutar de la caminata





Hasta los animalillos están de fiesta

Este Budha indica el paso más alto de hoy

Hasta el horizonte, por todos lados, montañas verdes


Luego sólo queda descender un desnivel importante, hasta Koguchi, abajo al fondo


Nuestra habitación. Aquí nos quedamos en una especie de albergue con habitaciones privadas.
Las camas ya estaban hechas
Un vistazo al pueblo y alrededores:


Ya hay algunos cerezos en flor


Quinto Día. En Koguchi. (16 de marzo)

 Cambio de planes. Muy mala noche, algo debió sentarnos mal en alguno de los alojamientos anteriores, porque ambos estamos medio malos de la tripa. La etapa de hoy es de las más largas y la de mayor desnivel. No estamos para subir 800 metros... En circunstancias normales hubiera sido difícil hacer cambios en las reservas, pero el coronavirus ha hecho que hubieran muchas anulaciones;  no hay problema en quedarnos aquí un día más y atrasar la reserva que teníamos para hoy.
Nos pasamos medio día en cama, y buena parte de la tarde pensando en la continuación del viaje... si dos días atrás Fran y Astrid suspendían su viaje, ahora varios amigos nos escriben para que volvamos a España, que parece que luego se va a complicar la cosa. Ni fotos sacamos ese día... (bueno, salimos a coger aire por la tarde, pero las dos fotos de Dani son repetidas del dïa anterior)

Sexto día, Koguchi —- Nachisan  (17 marzo)

Amanece fresquito y totalmente despejado, con los viajeros bien recuperados.
Escarcha. Después de todo estamos a mitad de marzo
La etapa de hoy comienza con una subida de 800 metros de desnivel, uno de los motivos, junto con la mala noche y la revoltura, para no movernos ayer.
En el río...

Para arriba




Budha con monedillas. 



Este parece aun más venerado...(¿te imaginas así la Cruz de Moriscos,  Astrid?)

Llegados a lo más alto, un pequeño altar con peces y todo es un buen lugar para descansar. Como la carretera está al lado, hay hasta máquina expendedora de cafés y refrescos...

Un poco más adelante, vemos el Pacífico, en la costa de Kii-Katsuura

Mirando al sur todo son montañas que se pierden en el horizonte.

El casi final de la ruta es el gran complejo de monasterios y altares de Nachisan
Uno de los templos, hay muchos...
Pero la estampa más fotogénica es la de la págoda de tres pisos, ,,,  , con la cascada más alta del Japón como fondo:


Para llegar al pie de la cascada se desciende por la carretera y luego un camino empedrado bordeado por ‘cedros japoneses’ (la ya familiar Criptomeria japonica) de tamaño realmente impresionante

Un lugar tan espectacular no va dejar de tener su templo,,,


Nos dirigimos ahora a nuestro último alojamiento programado, en la población de Daimonzaka, en el fondo del valle por debajo del complejo de templos (y tiendas) de Nachisan. La bajada es por un empedrado bordeado de criptomerias descomunales...



Daimonzaka, nuestro final de ruta:
Séptimo día. Nos llegamos a plantear caminar hasta la costa, en  Kii-Katsuura, pero afortunadamente nos decantamos por la guagua. Son unos 7 km, y los dos o tres últimos por carreteras poco atractivas...Antes de irnos, contemplamos los bosques de la Península de Kii, donde algunos cerezos comienzan a florecer.

A partir de aquí, se acabó lo programado con ‘Kumano travel’. Mucha ggente se vuelve a Kyoto u Osaka, pero ya que hemos llegado, vamos a disfrutar de un día de descanso en la costa...
Vaya, mucha gente no hay...

Puesto de venta de marisco
Ya saben que para nosotros ‘descansar’ acaba siendo explorar la zona...
Puerto de Kii-Katsuura

Clasificando los atunes, el producto estrella del lugar

Cuervos y milanos (las gaviotas son escasísimas), se pelean por los restos
Kii-Katsuura aprovecha un conjunto de islas y penínsulas como protección frente al océano.

Un buen tramo de esta costa está declarado ‘geoparque’. En la última glaciación, con un nivel del mar  cien metros por debajo del actual, los ríos excavaron valles y meandros en materiales volcánicos antiguos, que quedaron separados por crestas y montes. Al subir el nivel al actual los valles quedaron inundados y las crestas se convirtieron en innumerables islas y penínsulas.


Volviendo del paseo costero, el pueblo parece aún más vacío que por la mañana. ¿Es temporada baja o es por culpa del coronavirus? Una cosa es que haya poco turismo por lo que está cayendo en Europa, y las anulaciones provocadas por los problemas iniciales de Japón unos meses antes, otra es viajar por un país fantasma. Pero antes de tomar decisiones, habrá que ver que pasa en Osaka o Kyoto...

¿ Qué hace Kleinia neriifolia, el verode, endémico de Canarias, en un tiesto japonés ?



En un pueblo marinero, no puede faltar un plato de pescado, y en este caso del símbolo de Kii-Katsuura, el atún. Y además, hay hasta gente en el restaurante.

Nos volvemos a la civilización en tren local y guagua

Escala en Kii- Tanabe, donde estuvimos una semana antes, después de que el tren bordeara toda la costa sur de la península de Kii. Aquí nos cambiamos a guagua...

Llegando a Osaka... parece que sí que hay gente y movimiento en Japón. Mientras en España comienzan un confinamiento en casa de dos semanas, y los vuelos se van a complicar. Casi mejor continuamos viajando por estas tierras...y contándolo en este blog en futuras entradas...¡hasta pronto!

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Anexo

Seguimos publicando desde Japón, donde continuamos un mes después del relato de esta entrada. A día de hoy algunas prefecturas están en alerta, aunque con bastante menos casos que lo que se está viendo en Europa o América, y todo este tiempo hemos podido viajar sin problemas. Seguiremos contando...

Planificando el viaje hace unos días. Los puntos rojos es donde ya estuvimos, los negros, ideas para continuar...comp ven, da para varias entradas

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