viernes, 13 de mayo de 2022

Parque Nacional de Chitwan, Nepal


Continúa nuestro viaje por Nepal. Después de unos días en la medieval y bonita Bandipur, nos dirigimos a uno de los parques nacionales más populares del país, Chitwan.

Esperando la guagua en Dumre

Y hubo que esperar. Teníamos un ticket de reserva de guagua (por wasap) que nos había gestionado una empresa de Pokhara, con la que a su vez nos había puesto en contacto nuestro amigo Nabo. Aunque la guagua estaba estimada para unas optimistas 9:30 am, tampoco esperábamos que llegara con más de dos horas de retraso. Sí el taxista que nos trajo desde Bandipur no hubiese contactado con ella la hubiésemos dado por perdida...

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Pero al final apareció y cruzamos un trozo de país paralelos al Tisuli

La guagua es sólo el principio de la organización (y lo único que no salió perfecto, y solo por el retraso). Hemos agarrado un 'paquete' de tres días en el parque, leyendo vimos que es lo estándar y que prácticamente todas las agencias ofrecen lo mismo. Y si lo contratas al llegar no supone gran diferencia, más allá de tener que asomar a las agencias locales in situ. 
Nuestro paquete incluye traslado directo de donde nos deja la guagua al hotelito, el agradable 'Rainbow Safari Resort':

Sin muchas pretensiones, pero el jardín es fresquito y agradable

La comida también incluida, y rica

A la habitación

'yo tenía una granja en África...'

No nos dejan reposar mucho, que el programa está lleno de actividades. Primero nos vamos a ver los establos de los elefantes macho...


Para los que no estén muy puestos en Nepal, y ese era un poco nuestro caso, el país les sonará a alta montaña, banderas ondeando al gélido viento del Tíbet y nieves perpetuas, obviando que el país hace frontera con las planícies infinitas del caluroso norte de la India...Ahora apenas estamos a 100 m sobre el nivel del mar, a temperaturas de treinta grados, junto a una jungla donde la fauna estrella son los elefantes, los rinocerontes y el tigre de Bengala...

Rinocerontes, estos de la foto, criados en cautividad y totalmente mansos. 

Los elefantes salvajes son escasos en India, y aún más en Nepal, que aunque los hay, son contadísimos (apenas unas decenas en Chitwan). Hay bastantes más domesticados, mayoritariamente propiedad del gobierno, que se usan en labores de vigilancia y mantenimiento en el Parque Nacional, aunque también hay licencias para uso turístico: safaris en la selva.



Nuestra visita inicial sigue por una vereda en el interior del parque. Nos acompaña el guía del resort y una familia israelita con niña y dos niñitos muy agradables...




Son los chiquillos israelitas, con su gran curiosidad, los que nos descubren bichos fascinantes:

Rana

Coleóptero indeterminado

Nuestra caminata va cerca de un río en el que vemos cocodrilos (dos especies, el 'light' y el 'chungo') y multitud de aves cuyas fotos no están ahora disponibles (problemas con la tarjeta)



 El polvo en suspensión de las llanuras indias produce unos atardeceres mágicos.


Viendo bichos


El mirador del atardecer, muy popular, se encuentra al final de la pequeña población turística de Sauraha, donde nos alojamos.


Por la noche, después de cenar, programa cultural con bailes típicos de la zona...


que incluyen danzas con fuego



2dia. Para que no apreté el calor, se nos llevan temprano, a nosotros y a la familieta israelí, a un embarcadero en el río, donde nos llevan de Safari fluvial...



Gabial, un tipo de cocodrilo raro y amenazado. Este es el 'light', en el sentido de que rara vez ataca a personas 

Cerca nos cruzan las excursiones en elefante:




Abundan las aves, especialmente martines pescadores y garzas. Están en la tarjeta que ahora no se deja leer.



Luego a un pequeño paseo tropical:



Hasta el centro de cría de elefantes.


Esto es una rareza. En India y otros países asiáticos donde se usan elefantes domesticados estos se capturan de manadas salvajes, porque la cría en cautividad de estos animales es harto difícil, o más que ir a buscarlos a la selva. De hecho se puede decir que dicha dificultad es uno de los motivos de que aún queden zonas donde elefantes silvestres campan a sus anchas.
Pero aquí la cría tiene éxito y los elefantillos crecen junto a sus madres mientras son adiestrados.


Los más entusiasmados, los chiquillos israelitas


Nos cuentan que aunque están amarradas y estabilidad durante el día, las madres son soltadas a la tarde para ir a alimentarse...habrá que pensar que es así.
 

Cruzamos el río por un gran puente colgante para descansar de la solana en el hotel




Por la tarde teníamos entre dos opciones, o el safari en elefante o el de Jeep. Elegimos el segundo porque nos dicen que se entra más adentro en el parque y se está más tiempo. Los israelitas, de manera casi obvia por los chiquillos, se fueron en elefante.

Jeep safari con un grupo de India

El trayecto cruza varios ecosistemas, predominan dos, la jungla:

Y los herbazales inundables: ahora en época seca las hierbas alcanzan unos dos metros, pero durante el monzón (a partir de junio-julio) todo se encharca y los caninos triplican su altura.


El trayecto hacia dentro es de unas dos horas, bastante calurosas, y con poco bicho. Es parque Nacional, pero no es África...

Un ciervo. Durante un buen rato, es casi el único animal que vemos

Pero poco después:

Rinoceronte asiático, de

Con la cámara salió más clarito, pero queda pendiente...

(°°°)

En el interior del Parque tienen un centro de cría del gavial, y hacemos una visita. 

Hay de todas las edades, indistinguibles salvo el tamaño, desde versiones apenas un poco más grande que un lagarto tizón, a bichos de dos metros: 



La vuelta por los herbazales de Chitwan, ahora refresca un poco y hay algo de movimiento de aves, pero excepto para algún pavo real, el coche no para por los pajarillos que Dani habitualmente intenta identificar, y éstos pasan como manchas fugaces entre las ramas de los árboles...


Llegamos al río, que nos cruzan en barca y tenemos otro bonito atardecer que nos recuerda a África...


Pero aún nos queda luz y como nos conocemos el camino, volvemos al hotel por el caminito de ayer. Al poco, un rinoceronte bañándose en el río a apenas 20 m de nosotros. Porque hay guías y algún grupo por la zona, que si no no paramos...





El rey del parque, y por lo que la mayoría se embarca en las excursiones, es el tigre. Haberlos, haylos, pero nosotros (y el 99% de los que vienen) esto es lo que ven:

El tigre,.,,pintado en un mural

El mayor felino que vimos:

Félix gratis, lo que todos conocemos por un gato.

De noche también se puede ir al río a escuchar la selva, y a echarse una Barashinga relajado en una terracita.


A la mañana siguiente había no se que chorrada de visita cultural, pero el personal del hotelito ya ha calado a Dani y nos ha propuesto un 'birdwatching tour' con guía muy profesional:

Aunque el de los pajaritos es Dani, ambos disfrutamos con nuestro excelente guía, que nos encontró decenas de pajaritos nuevos.

(Hueco fotos pdtes, de los pajaritos y de rinocerontes)

En efecto, volvimos a aver rinocerontes. Así como tigres, elefantes salvajes o leopardos cuentan con poblaciones irrisorias de apenas alguna decena de ejemplares, se calcula que hay unos 600 rinocerontes, de allí que haya que tener mala suerte para no ver alguno. Y que sean abundantes no los hace menos espectaculares:

(Pdte)

Por la tarde visita etnográfica que se convierte en 'les damos unas bicis y ustedes se dan una vuelta...' Lo cual nos va perfecto para ver los alrededores de Sauraha:

Muchachos acompañando a la muchacha de turno

Cicloturismo en Nepal

Campos de arroz



Tarde calurosa en Chitwan



Hasta una boda nos encontramos:


Cruzando el puente sobre el río un puesto ideal para ver más aves:


Cuando podamos leer la tarjeta le pondremos fotos de éste, que vimos allí:





Dejamos las bicis y contemplamos otro idílico y más fresco atardecer...



Para fresquita nuestra botella de Barashinga, una de las cervezas nepalíes a la que nos hemos suscrito...



Por la mañana nos llevan a la parada de guagua después de bendecirnos...

Nos despedimos de este hermoso y relajado Parque Nacional, que aunque no es comparable en fauna a Kruguer o Etosha, por nombrar algunos de los que estuvimos en África, bien vale una visita, aunque solo sea por ver un Nepal que se sale de la imagen colectiva que tenemos de Nepal. Y quien sabe, a lo mejor alguien que nos lea consigue ver el esquivo tigre...

A nosotros nos llevan, en guagua, a Kathmandú. Próxima entrada unas fotos de allí antes de dirigirnos a las montañas. Permanezcan pendientes. Namasté!



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