Ella, Sri Lanka, 2 de
marzo
Desde que hemos llegado a
Sri Lanka no se nos han presentado tantas ocasiones para escribir blog. Además,
a día de hoy, ni siquiera tenemos conexión, por lo que hemos decidido escribir
la entrada en el ordenador para hacer un corta y pega cuando haya red.
Chennai había sido
nuestro punto de partida desde India para volar a Colombo. Como el vuelo es
internacional y sale a las 7 de la mañana, eso significó levantarnos temprano
para ir en taxi a las 4 al aeropuerto, en previsión de cualquier contratiempo
(y de que el aeropuerto está lejillos de Chennai) Sin ninguna novedad tomamos
el vuelo, que en poco más de una hora a través de nubes nos colocó en el
aeropuerto de Colombo…que también está lejos. Sacamos dinero del cajero y justo
fuera hay una guagua esperando para llevarte a la capital. En blogs habíamos leído que el trayecto puede llegar a
ser de dos horas, pero ahora hay una autovía que nos llevó en poco más de media
hora. Ya en el trayecto Sri Lanka da una impresión bastante diferente de la
India, comenzando por que todo está mucho más limpio y la gente circula de una
manera más razonable. Incluso entrando a Colombo nos dio la impresión de que
nadie pitaba. (Luego hemos comprobado que pitar si pitan, pero no de la manera
psicótica y gratuita de los indios)
Hasta aquí todo bien,
pero según nos dejan en una estación de guaguas cerca de un apretado
mercadillo, comenzamos a padecer las consecuencias del cansancio viajero.
Primero, nos cuesta un rato saber dónde estamos de la ciudad. Al menos eso
bien, porque estamos muy céntricos. Luego, no tenemos ningún lugar reservado
porque mirando por internet todo parecía caro, e ilusos de nosotros, pensábamos
que al llegar habría mucho más de lo que pone en la ‘lonely’, tal como nos
había pasado en la India. Pero plantados en la estación, los alrededores no
pintan muy allá. Caminando un poco por la avenida principal hay algún cartel de
‘rooms’ sobre entradas que dan pánico junto a una calle atiborrada de gente y
tráfico. Además el calor aprieta, mala cosa para pensar bien. Agarramos un
tuc-tuc para que nos lleve a otra zona (la carretera a Galle) donde según la
guía también hay algunos alojamientos. El del tuc-tuc empieza a tirar para el
sur, alejándonos del centro y comentándonos que en la zona que le decimos nos
van a pegar una sablada, pero que alejándose un poco de la orilla hay cosas más asequibles…y
cuanto más charla, más lejos vamos. Finalmente nos para en una casa particular
en lo que en aquellos momentos nos parece mitad de la nada (a ver, seguíamos en
Colombo, pero ni idea de dónde) y nos enseñan una habitación tirando a
cutrilla. Pedimos al del tuc-tuc que nos lleve a algo un poco más decente, y refunfuñando y cobrándonos más nos lleva
hasta la avenida marítima, al ‘hotel sun hill’
Ya ven que el lugar está
lejos de ser idílico. El precio de la habitación, acostumbrados a la India,
tampoco lo era: 42 $ americanos (sí, de
lo caro que es, te dan el precio en dólares) por una habitación que no era para
tirar cohetes (una mancha de humedad de la pared parecía que iba a atacarnos en
plena noche) Tenían habitaciones de otra categoría, y por tanto otro precio…el doble;
también miramos algunos lugares más por los alrededores, uno muy chungo, el
otro desorbitadamente caro…), pero al final nos quedamos con la mancha de
humedad. Así que ya nos tienen plantados en Colombo, pero no sabemos cuánto de
lejos del centro, pero lejos, pagando una habitación mala a precio de buena y
sobre todo bastante cansados. Bueno, todo esto lo contamos para que sepan que
no todo no nos sale fantástico en los viajes, ni que siempre estamos del mejor
humor.
Un poco más descansados,
damos una vuelta por la tarde, para hacernos una idea de donde estamos.
La vía de tren pasa a nuestra altura por la orilla |
Y bueno, no estamos tan
lejos…Andando, llegamos a una laguna con grandes rascacielos al fondo y un
centro de meditación de un arquitecto famoso en su orilla sureste. Lo cierto es
que no habíamos imaginado que Colombo fuera una ciudad de aspecto tan moderno…
Hasta hay pelícanos >pdte< |
Ya de noche nos acercamos
a la zona que llaman ‘Galle Face‘
donde hay gente paseando junto al mar y chiringuitos de comida.
Como no estamos al 100%, no conseguimos acabarlo todo |
A la mañana siguiente, un
poco más descansados, nos vamos a explorar un poco la zona más céntrica de
Colombo. Empezamos por Fort, llamada así por el antiguo fuerte holandés del que
no queda mucho, salvo el trazado de las calles. Hay bastante más de la época
colonial británica, y mucho restaurado. De la época holandesa hay un antiguo
hospital que ahora es una especie de centro comercial de restaurantes caros y tiendas
pijillas y que contrasta con los rascacielos que hay al lado:
Ya puestos asomamos al
interior del World Trade Center, que aquí también tiene dos torres gemelas:
Interior de la iglesia de St Peter´s, originalmente edificio holandés del s.XVII que los británicos reutilizaron como lugar de reunión. |
Después nos vamos al barrio de Petah, justo al lado, uno de los antiguos de Colombo y de los más bulliciosos; aquí fue donde nos había dejado la guagua el día anterior:
Cuando nos cansamos un
poco de tanto bullicio y luego de hacer consultas de horarios en la estación de
trenes, decidimos irnos a descansar al hotel un rato para ir por la tarde de
museos; pero no hay nada como no andar finos en un viaje: nos vamos al andén
que toca (porque hay una estación muy cerca de nuestra casa), y nos
subimos…para ver cómo pasa de largo todas las paradas de la ciudad; nos hemos
agarrado un express que no sabemos donde hará su primera parada: bueno, cuando
para, al menos el sitio es bonito y tenemos tiempo de asomar un poco:
Colombo al fondo, nos hemos pasado unos 15 km. Pensándolo ahora, y viendo lo frecuentes que son las guaguas, igual hubiese sido buena idea usar esta zona de campo base para Colombo... |
Ésta era nuestra parada |
Y nos vamos al museo
nacional de Sri Lanka, bastante interesante, aunque algunas salas tengamos que
verlas a la carrera porque van cerrando salas una hora antes del cierre completo…
Un Budha del siglo IX nos recibe. Sri Lanka es mayoritariamente (pero no toda, y eso ha sido parte del problema) budista... |
Sala de pinturas |
Lápida portuguesa |
Cabezas de Budha de los primeros siglos de nuestra era |
Marián posa junto a un gran ficus que hay a la entrada, cuando nos echan... |
Nos volvemos a Fort
apretados en una guagua urbana. Luego hemos visto que en general la guaguas
siempre van bastante llenas.
Paseamos entre algunos
edificios gubernamentales y de bancos donde no dejan circular coches ( y a
juzgar por la cantidad de vigilancia y la poca gente que hay en la calle,
parece que medio nos hemos colado)
Y nos despedimos con un
atardecer amarillo en Colombo, en la Gale Face, donde ya de noche cenamos y
comprobamos por primera vez y no última que en Sri Lanka tienen una ligera
tendencia a estafar a los extranjeros (en este caso una cena ligera cuyo precio
de repente se triplica por tomar dos refrescos)
Si parece que en esta
entrada estamos un poco más negativos de lo habitual, no se preocupen, que en
la próxima entrada ya se nos pasa todo el estrés de cuidad en las playas del
sur del Sri Lanka. ¡Ya les contamos!
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