Aruganbay resultó ser un lugar que nos enganchó y casi tuvimos que obligarnos a movernos. Pero todo llega y así nos fuimos en tuc-tuc a Pottuvil a coger la guagua a Monaragala, donde cambiaríamos para Badulla, principio, o final, del ferrocarril que cruza las montañas hacia Colombo. Perdimos una guagua por cuestión de minutos, así que tuvimos que esperar a la siguiente. Unos guiris en una parada son enseguida objetivo de los tuctuqueros: que si la guagua siguiente es dentro de dos horas y media, que si pueden perseguir a la que ya salió y te cobran sólo hasta donde lleguen, que si en realidad ellos tienen que ir y te cobran sólo la gasolina, que si te pueden llevar a un cruce a 5 km donde las guaguas pasan cada 20 minutos (tal cruce existe, pero está a 30 km) ... Incluso cuando llegó la guagua, una hora más tarde y no dos y media, subieron con nosotros dentro de ella porque de casualidad había un señor que iba a ¿dónde dicen que van ustedes? ¿a Ella? ¿ a no, a Badulla? eso, que el señor tiene que ir a Badulla y les cobra poco...Pero nosotros nos vamos en guagua, que no tenemos prisa. De todas maneras, es bueno saber que los precios de tuc-tuc o incluso de los taxis son bastante asequibles. Ir de Aruganbay a Badulla, que son del orden de 100 km, puede salir unas 4000 rupias, que son dinero en Sri Lanka, pero en realidad no llega a 25 euros. En Ella vimos las tarifas de las furgonetas-taxi e ir de allí a Colombo, más de 300 km se vaya por donde se vaya son 16000 rupias, unos 90 euros. Las guaguas y trenes son absurdamente baratos (ir a Badulla, con dos guaguas, nos salió unas 230 rupias, euro y medio, por cabeza) pero lento de narices: a Monaragala cerca de un hora, y a Badulla, que resultó ser por una carretera de montaña estrecha y de infinitas curvas, ni nos acordamos, pero échenle dos más...
Como la guagua va llena y además pega muchos botes, no tenemos fotos del trayecto. Tampoco de Badulla, que no nos llamó mucho la atención. Habíamos pensado dormir allí para coger el primer tren de la mañana, que era a las 5 o así. Pero llegamos con un margen cortito para coger un tren que sale por la tarde. Viendo Badulla y recordando lo agradable que era Ella, a una hora en tren, decidimos comenzar nuestra travesía en tren con este corto tramo.
El tren es lento, apenas circulará a 20 km hora de velocidad punta, lo cual hace que se pueda disfrutar del paisaje. Ya lo dijimos, el tren y la guagua para cuando no hay prisa...
Éste está pasado el 'Freedom G. H.' por un caminito que baja 15 metros; tiene una habitación impecable por 1500 rupias y por la mañana el desayuno estaba fantástico |
De hecho, el alojamiento nos pareció tan agradable que decidimos no coger el primer tren a las 6 y pico de la mañana, sino uno a eso de las 9 y veinte, hora mucho más cómoda.
Ella |
Esperando el tren |
En esta zona el tren circula a no más de 15 o 20 km/ hora, parando no sólo en estaciones minúsculas sino muchas veces en mitad de la nada sin un motivo claro...
¡Vaya!, aquí ya estuvimos, ésto es Haputale |
La ruta del tren de montaña fue construida por los británicos en la segunda mitad del siglo
XIX para dar una salida rápida al té hacia Colombo, de allí que se pase por
muchas plantaciones...
En primer plano bosque natural, pero en la segunda cresta hay eucaliptos... |
Nuwara Eliya, a 30 minutos en guagua, está bien, pero no da para mucho, ya nos lo dijo un turista azerbaiyano hospedado en nuestro hotel. Lo mejor es su clima fresquito; está a 2000 metros de altura, en un rellano en la falda del pico más alto de la isla, de unos 2500 m (el Pidurutalagala, 2524m). Aparte de algunas casas coloniales, de la época de los terratenientes británicos del té y muchas convertidas en hoteles con encanto más o menos caros, tampoco hay mucho más: un campo de golf, un jardín victoriano bonito y muchos turistas; conseguimos habitación en un hotel asequible pero nada del otro mundo en la carretera que rodea el jardín por arriba y nos vamos a dar una vuelta. Lo primero que encontramos es un abigarrado mercadillo, que hoy es domingo:
Tuc-tucs en los que viene la gente al mercado |
Iglesia anglicana de finales del XIX, cerca del mercadillo |
Sí que visitamos el jardín. Uno de los hoteles de lujo organizaba una excursión de 'birdwatching' dentro del jardín, y circulaba un cierto número de gente con prismáticos caros y cámaras con teleobjetivos del tamaño de algún telescopio de Dani. Por nuestra parte, no vimos ningún avechucho destacable...
Uno de los 5 estrellas de Nuwara Eliya, dónde no nos alojamos... |
Pero en realidad nuestro objetivo no era el pueblo en sí, sino usarlo de campo base para subir al Parque Natural de Horton's Plains, donde un sendero lleva a un mirador con el provocativo nombre de World´s End...!Nos vemos allí!
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