martes, 8 de agosto de 2023

Lençois


Nos despedimos a primera hora de la mañana de Salvador, para dirigirnos hacia el interior (un poco) de este enorme país. Nuestro próximo destino será Lençois, puerta de la zona conocida como 'Chapada Diamantina'. Tenemos unas 7 horas de camino en ónibus:

A algo menos de la mitad de trayecto, después de atravesar Feira de Santana, el paisaje se va agrandando y curiosamente la vegetación verde de la costa da paso a una especie de semidesierto, cactus incluidos, que no encajan con la imagen de 'Brasil tropical' que uno tiene en la cabeza. Estamos ante la 'caatinga', otro de los ecosistemas típicos de este lugar del mundo, con una diversidad florística que no tiene nada que envidiar a la 'mata atlántica' ni a la selva amazónica.



Pero al acercarnos a Lençois, vuelve el verde tropical. Hemos subido en altura, y vuelven a darse las condiciones para bosques de lluvia.

La vista desde nuestro cuartito en Lençois. De nuevo de 'intercambio de casas', Claudia nos recoge de la parada de guaguas y nos trae a su finca con vistas a la selva...

En casita

Rápido a explorar, Lençois tiene muy buena pinta, un pequeño pueblo de casitas tradicionales encaramadas en las laderas de un río tropical...


La arquitectura de algunas casas, y el que el pueblo no haya ido a mucho más, nos hablan de unos tiempos de prosperidad que luego fueron a menos:


( Un pequeño resumen de lo que Dani pudo pillar en la lectura en diagonal de un libro sobre la zona)

Lençois debe su nombre a que la población nació como campamento de mineros y buscadores de fortuna en una 'fiebre del diamante' que estalló en 1844. Las tiendas se hacían con sábanas, y en este valle hubo tantas, que así llamaron al lugar: lençois son 'sábanas' en portugués. 

Aunque la zona estuvo habitada en tiempos precolombinos por pueblos nativos, parece ser que para la época de la fundación de Lençois ya no quedaban, probablemente esquilmados por la persecución y enfermedades europeas. Pronto los gobernantes portugueses supieron de la existencia de pequeñas cantidades de oro en algunas montañas de la zona, conocimiento que intentaron mantener en secreto, por miedo de despertar intereses españoles en una zona no demasiado lejana a la línea de Tordesillas y de que la aún insuficiente población dedicada a la caña de azúcar en la costa la abandonara internándose en el país. No tuvieron demasiado éxito y pronto la voz se corrió y el oro fluyó hacia la costa vía Minas Gerais (donde había aún más oro) y São Paulo, aunque en esta zona el oro se agotó pronto y la zona volvió a caer en el olvido. 

Parece ser que también hubo en tiempos tempranos un conocimiento de la existencia de diamantes, pero este secreto se guardó mejor: ya por entonces Brasil producía más diamantes que la hasta entonces única fuente de ellos, India. Y si sacaban más corrían el riesgo de bajar los precios demasiado. Curiosidad: cómo al principio se pensaba que los diamantes de verdad de la buena eran los de India, para poder venderlos como tales los portugueses se dedicaron a sacar sus diamantes brasileños hacia su colonia en Macau, para de allí pasarlos a la India (también portuguesa) y así hacerlos llegar a Europa como genuinos diamantes indios...


Volviendo a donde estamos, el lugar estuvo escasísimamente habitado hasta que en 1844 se corrió la voz de la existencia de diamantes. Gente de toda condición vino a saco a extraerlos de los lechos de los ríos, o a hacerse ricos con los que los extraían. Fué tan febril la extracción que en sólo 25 años se agotaron los yacimientos. Pero mientras, se construyeron pueblos enteros con casas de calidad y acumulación de riqueza, que de repente fueron a menos. Un pequeño resurgimiento se dió a principios del siglo XX cuando se descubrió que piedras que anteriormente se habían desechado por su falta de calidad como gemas, eran tremendamente útiles para la construcción de herramientas industriales de corte, y la demanda de estas piedras hizo que su precio superara al de los propios diamantes.  


Aunque hasta mediados del siglo XX se mantuvo la extracción con medios industriales en la zona, los yacimientos fueron rápidamente a menos y los pueblos fueron cayendo en el abandono y la despoblación. Pero fué justo ese abandono el que hizo que la arquitectura original no fuera sustituída por nuevas construcciones, y que actualmente sea consideradas patrimonio histórico. Ello unido a un paisaje espectacular que ahora es parque nacional hace que haya comenzado un flujo de turismo aún no muy masivo, y mayoritariamente brasileño, que está dando nueva vida y prosperidad a la zona.




Bueno, después de esta erudita introducción histórica, volvamos a lo práctico y al relato de nuestro viaje. Además de pasear, hay que organizar futuras excursiones, adquirir víveres, y de paso curiosear en los comercios locales...


Nuestro plan en Chapada Diamantina es de una semana, en la que haremos selección de lo que nos ofrezcan por aquí junto con un trekking de tres días por el 'Vale do Pati' que tenemos medio apalabrado con un contacto que nos pasó Marco, nuestro anfitrión en Salvador.

 Nuestro primer día completo después de la llegada, será de exploración de la contornada:

El jardín de Claudia

Dani y sus cafecitos...


Estamos en el borde de un Parque Nacional, y hay ciertas limitaciones a lo que puedes hacer por tu cuenta en los alrededores. De hecho, el único pateo de cierta entidad que te dejan hacer sin guía es el de 'vale do Meio', una bonita senda que da acceso a un río con pozas y una cascada. Por supuesto, nos vamos a hacerla:


La vegetación es de arbustos altos y bastante cerrada...


...con un montón de matos que Dani se dedica a fotografiar con la vana esperanza de lograr identificar alguno en el futuro...

Dani en su cabeza: 'esto recuerda remotamente a un peralillo, ¿Será algún tipo de Maytenus... ?

En los claros el horizonte se expande hacia un paisaje verde y exuberante:


Vale do Meio

Esta región está asentada sobre terrenos sedimentarios. Las rocas del lecho del valle son conglomerados: apilamientos de cantos rodados que han acabado cementándose entre ellos por la presión de capas superiores y el paso del tiempo, y que ahora han quedado expuestas en un largo proceso erosivo:

Vale, son conglomerados, y también abundan las areniscas (lo mismo, pero en vez de sedimentarse cantos, se sedimenta arena... ¿Pero de cuándo son?

Llegamos a las piscinas que se han formado en el lecho del Vale do Meio' ( valle del medio, por si alguien no controla el portugués) )

Justo encima hay una cascada - tobogán. También nos tiramos después de ver a los locales.




Bañito en el río. Las aguas están teñidas de rojo, debido a la descomposición de hojas y materia orgánica río arriba. Da un poco de impresión al principio, pero se está tan a gusto en el agua que pronto se olvida cualquier reparo. Después de todo el té no es muy diferente y nos lo bebemos.



En el camino habíamos visto un cartel que marcaba a la 'cachoeira (cascada) do Bom Sosego', decidimos seguir la indicación a ver dónde nos llevaba: empieza frondosa, pero al alejarnos del valle aparecen tramos de roca arenisca donde sólo en las grietas crecen plantas adaptadas a la sequedad y la falta de suelo (las areniscas son duras y no retienen agua, de forma que la que llueve se filtra rápido por las fisuras:

Aparecen cactus y plantas de aspecto craso


Las formas de las plantas que crecen en la roca son más diversas y curiosas que las de los bosques aledaños, aquí la identificación botánica va a ser una faena...

De momento, 'florita desconocida pendiente de identificación'
A medida que subimos se amplían las vistas. La Chapada Diamantina promete...


Diversidad florística inabarcable:


 
( investigando un poco, lo es realmente, las especies se cuentan por centenares...)


En las laderas del barranco abundan las construcciones de piedra, tipo abrigos de pastores, aunque aquí los que se refugiaban eran los buscadores de diamantes.

Volvemos al cauce del río a otra zona de pozas ( vale do cima) 

Y seguimos, aunque al final no llegamos, por poco, a la cascada: el sendero se complicaba un poco, y preferimos retornar al pueblo a disfrutarlo con tranquilidad, en la seguridad de que íbamos a ver cascadas a saco en los días siguientes.
Más matojos, tropicales de sombra densa, como éste...

...o cactáceas desertícolas como ésta...


Nido de ¿avispas?¿termitero?


Volviendo a Lençois


No está dando para mucha astronomía (por horarios, por exceso de luces), pero cuando no hay nubes nos acompañan las inconfundibles alfa/beta Centauro y la Cruz del Sur

Para el día siguiente nos hemos apuntado a un tour con guía y en grupo, para ver la Fumaça, la cascada más alta de Brasil...

(Por dar una referencia, sale unos 250 reales = 50 euros/persona, incluyendo traslado, entradas y picnic)

Primero hay dos horas de carretera hasta pasar más allá de Palmeiras (más por el tráfico de camiones por una carretera de montaña con subidas que por la distancia real, aunque un trozo también hay)
En camino, la ruta es de unos seis km y unos 400 m de subida para ver la 'Cachoeira da Fumaça'

La Chapada Diamantina es una región elevada del Brasil que emerge de las llanuras circundantes, formada por antiquísimas acumulaciones de sedimentos que fueron convertidos en areniscas y conglomerados, para luego ser totalmente desmanteladas por el paso del tiempo y la erosión. El resultado son unas planicies elevadas y rocosas que rondan los 1500 metros sobre el nivel del mar, en medio de las cuales se han abierto abruptos valles por donde el agua se cuela rápidamente. Arriba llueve, pero la roca es dura e impermeable, y el agua que no se encharca, desaparece rápidamente por fisuras o cascadas, haciendo que la vegetación sólo alcance tamaño arbóreo en los márgenes de los arroyos o en el fondo de los valles, donde aparece la 'mata atlántica'.

Al tipo de vegetación de la parte alta le llaman 'cerrado' y es un matorral bajo lleno de herbáceas y abundantes formas adaptadas a la sequedad intermitente






Llevamos varias semanas en que ha llovido bastante por la zona, de forma que la parte alta está encharcada. En el tramo de ida nos llueve y nos rodea la niebla.

Cosas de los viajes, en un cierto momento nos sentimos trasladados a los altos de Kauai, a una excursión en los últimos días donde nos 'cayó la del pulpo'...




Pero luego nos salió el sol, para ver el 'cerrado' de los altos de la Chapada en todo su esplendor:


Nos acercamos a un arroyo de aguas rojas en las alturas...

El arroyo rojizo resulta que acaba abruptamente, dando a un abismo:



Asomar al borde del risco da susto...

El agua cae al vacío sin que se vea el fondo,

a no ser que te arrimes al mismísimo precipicio. Allá abajo, a 400 m directamente debajo de uno si 'asomas el jocico' por fuera de la piedra, se ve el charco a donde va a parar el agua...



Marián contemplando el abismo. Dani lo pasó un poco peor al principio

Para relajarse del susto al vacío (porque asomar también asomó, no iba a ser menos) se dedicó a fotografiar pajaritos;

Estos en Argentina se llamaban 'chingolos' o algo parecido

Marián en cambio le cogió gusto a esto de asomar al precipicio echada en una roca colgada del aire... ( bueno, la roca es una arenisca precámbrica bien anclada )


Que sí, que Dani también asomó...que algo retiene de sus excursiones buscando 'Cheirolophus webbianus' en acantilados locos de Tenerife ( y que al final todos asoman )

Es la zona de picnic de todos los que van a ver la 'Fumaça' (de 'humo', la cascada es tan alta que el muchas veces el agua se deshace en neblina antes de llegar al fondo de su caída)  Los pajaritos se han hecho confianzudos y se pueden fotografiar con el móvil:



Marián y Dani al borde del risco:


No acaba el susto, nos llevan a otro saliente para ver otra perspectiva de la cascada:



Marián no tiene Instagram, pero se pondría ésta...

Toca cruzar otra vez las llanuras superiores en el camino de vuelta: 




Como ha despejado respecto a la mañana, vemos más amplitud de montañas:




Un juguito de caña de azúcar para refrescarnos, que al final hasta cascó el sol:


Antes de devolvernos a Lençois por la misma carretera de los camiones, parada en una cascada local para bañito:


Aunque el tráfico es menor por la tarde y llegamos más rápido, ya es de noche en Lençois. El tour incluía un picnic, pero como hemos andado y el pueblo tiene restaurantes con encanto, nos vamos de cenita.



El día antes del tour también habíamos explorado a última hora de la tarde las aguas que hay río arriba de Lençois. Se paga una entrada válida para tres días (20 reales = 4 euros por persona, aunque nosotros habíamos entrado tan tarde que nos cobraron la mitad)

Mariposa a tiro a la hora del desayuno

La 'entrada' da acceso a una zona de pozas de agua de aproximadamente un km de longitud, más arriba de la cual sólo se puede pasar con guía (nosotros nos habíamos colado la otra vez, y a la vuelta comprobamos que sí que lo vigilan)
Hoy vamos a pasar una tarde de playa en la montaña: librito, solito, bañito en los charcos...viajar no tiene que ser siempre un corre-corre




Los charcos se forman por la erosión que producen en los conglomerados las piedras que quedan atrapadas en charcos. Las riadas las hacen girar y revolverse atrapadas en ellos, de forma que acaban generando agujeros circulares y profundos, en el fondo de los cuales se acumulan arenas y piedras de diversos tamaños. Y en sus tiempos, algunas de esas 'piedras', muy poquitas y muy minúsculas, eran diamantes. Lo que hicieron los mineros durante 25 años fué vaciar de agua y arena hasta la última poza de la región, sin dejar una sin registrar...

Aquí los conglomerados son de enciclopedia de geología

Pero dejaremos la geología de momento. Por la noche otra cenita en las animadas callejuelas de Lençois, donde te puedes echar comida local con la cervecita de 600 ml escuchando música en vivo de gran calidad.





Y es que estamos cogiendo fuerzas para nuestro 'trek' de tres días en el corazón de la Chapada Diamantina, al que dedicaremos la próxima entrada, llena de naturaleza, plantitas, pajaritos,  rocas...

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Pajaritos de Lençois:

Hay muchos, pero no todos se ponen a tiro. Los latinajos están pendientes de conseguir alguna guía de aves de la zona...

Abundan los colibríes, de los que al menos pillamos 2 especies

[PDTE)

Uno tipo avión común

Loros

Este lo vimos en Hawaii, donde era introducido. Aquí estamos en su zona de distribución natural

Tipo faisán

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Ruta BRASIL 2023

Día 11 julio: Salida Benicarló. Vuelo Valencia-Madrid
Día 12 de Julio: vuelo Madrid -Salvador de Bahía
Día 13 de Julio: Salvador de Bahía: Pelourinho, Comerço...
Día 14 de Julio: Salvador: Pelourinho y Barra
Día 15 de Julio: Salvador: Ribeira, Senhor do Bomfin...
Día 16 Julio: de Salvador a Morro de São Paulo
Día 17 de Julio: Morro, playas atlánticas.
Día 18 de Julio: Morro, vuelta a la isla de Tinharé
Día 19 de Julio: Morro. Playita, faro, surf ...
Día 20 de Julio: mañana en Morro. Traslado a Gamboa.
Día 21 de Julio: Gamboa
Día 22 de Julio: costa Gamboa - Morro - Gamboa
Día 23 de Julio: de Gamboa a Salvador de Bahía
Día 24 de Julio: de Salvador de B. A Lençois ( Chapada Diamantina)
Día 25 de Julio: Lençois . Vale do Meio
Día 26 de Julio. Trek cascada Fumaça
Día 27 de Julio. Relax en Lençois
...y continúa el viaje.


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