Continúa nuestro viaje por Nepal. Después de unos días en la medieval y bonita Bandipur, nos dirigimos a uno de los parques nacionales más populares del país, Chitwan.
Esperando la guagua en Dumre |
Y hubo que esperar. Teníamos un ticket de reserva de guagua (por wasap) que nos había gestionado una empresa de Pokhara, con la que a su vez nos había puesto en contacto nuestro amigo Nabo. Aunque la guagua estaba estimada para unas optimistas 9:30 am, tampoco esperábamos que llegara con más de dos horas de retraso. Sí el taxista que nos trajo desde Bandipur no hubiese contactado con ella la hubiésemos dado por perdida...
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Pero al final apareció y cruzamos un trozo de país paralelos al Tisuli |
La guagua es sólo el principio de la organización (y lo único que no salió perfecto, y solo por el retraso). Hemos agarrado un 'paquete' de tres días en el parque, leyendo vimos que es lo estándar y que prácticamente todas las agencias ofrecen lo mismo. Y si lo contratas al llegar no supone gran diferencia, más allá de tener que asomar a las agencias locales in situ.
Nuestro paquete incluye traslado directo de donde nos deja la guagua al hotelito, el agradable 'Rainbow Safari Resort':
Sin muchas pretensiones, pero el jardín es fresquito y agradable |
La comida también incluida, y rica |
A la habitación |
'yo tenía una granja en África...' |
Los elefantes salvajes son escasos en India, y aún más en Nepal, que aunque los hay, son contadísimos (apenas unas decenas en Chitwan). Hay bastantes más domesticados, mayoritariamente propiedad del gobierno, que se usan en labores de vigilancia y mantenimiento en el Parque Nacional, aunque también hay licencias para uso turístico: safaris en la selva.
Rana |
Coleóptero indeterminado |
Nuestra caminata va cerca de un río en el que vemos cocodrilos (dos especies, el 'light' y el 'chungo') y multitud de aves cuyas fotos no están ahora disponibles (problemas con la tarjeta)
El polvo en suspensión de las llanuras indias produce unos atardeceres mágicos.
Viendo bichos |
Por la noche, después de cenar, programa cultural con bailes típicos de la zona...
2dia. Para que no apreté el calor, se nos llevan temprano, a nosotros y a la familieta israelí, a un embarcadero en el río, donde nos llevan de Safari fluvial...
Gabial, un tipo de cocodrilo raro y amenazado. Este es el 'light', en el sentido de que rara vez ataca a personas |
Cerca nos cruzan las excursiones en elefante:
Pero aquí la cría tiene éxito y los elefantillos crecen junto a sus madres mientras son adiestrados.
Los más entusiasmados, los chiquillos israelitas |
Jeep safari con un grupo de India |
El trayecto cruza varios ecosistemas, predominan dos, la jungla:
Pero poco después:
Con la cámara salió más clarito, pero queda pendiente...
(°°°)
En el interior del Parque tienen un centro de cría del gavial, y hacemos una visita.
Hay de todas las edades, indistinguibles salvo el tamaño, desde versiones apenas un poco más grande que un lagarto tizón, a bichos de dos metros:
Félix gratis, lo que todos conocemos por un gato. |
De noche también se puede ir al río a escuchar la selva, y a echarse una Barashinga relajado en una terracita.
Aunque el de los pajaritos es Dani, ambos disfrutamos con nuestro excelente guía, que nos encontró decenas de pajaritos nuevos. (Hueco fotos pdtes, de los pajaritos y de rinocerontes) |
En efecto, volvimos a aver rinocerontes. Así como tigres, elefantes salvajes o leopardos cuentan con poblaciones irrisorias de apenas alguna decena de ejemplares, se calcula que hay unos 600 rinocerontes, de allí que haya que tener mala suerte para no ver alguno. Y que sean abundantes no los hace menos espectaculares:
(Pdte)
Por la tarde visita etnográfica que se convierte en 'les damos unas bicis y ustedes se dan una vuelta...' Lo cual nos va perfecto para ver los alrededores de Sauraha:
Muchachos acompañando a la muchacha de turno |
Cicloturismo en Nepal |
Campos de arroz |
Tarde calurosa en Chitwan |
Cruzando el puente sobre el río un puesto ideal para ver más aves:
Cuando podamos leer la tarjeta le pondremos fotos de éste, que vimos allí:
Dejamos las bicis y contemplamos otro idílico y más fresco atardecer...
A nosotros nos llevan, en guagua, a Kathmandú. Próxima entrada unas fotos de allí antes de dirigirnos a las montañas. Permanezcan pendientes. Namasté!
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